domingo, 19 de mayo de 2019

Lunes, V Semana de Pascua

Color: BLANCO
20 de mayo de 2019

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (14,5-18):

En aquellos días, cuando en Iconio se produjeron conatos de violencia de parte de los gentiles y de los judíos, con sus autoridades, para maltratar a Pablo y a Bernabé y apedrearlos; al darse cuenta de la situación, huyeron a las ciudades de Licaonia, a Listra y Derbe y alrededores, donde se pusieron a predicar el Evangelio.
Había en Listra, sentado, un hombre impedido de pies; cojo desde el seno de su madre, nunca había podido andar. Estaba escuchando las palabras de Pablo, y este, fijando en él la vista y viendo que tenía una fe capaz de obtener la salud, le dijo en voz alta:
«Levántate, ponte derecho sobre tus pies».
El hombre dio un salto y echó a andar. Al ver lo que Pablo había hecho, el gentío exclamó en la lengua de Licaonia:
«Los dioses en figura de hombres han bajado a visitarnos».
A Bernabé lo llamaban Zeus, y a Pablo, Hermes, porque se encargaba de hablar. El sacerdote del templo de Zeus que estaba a la entrada de la ciudad trajo a las puertas toros y guirnaldas y, con la gente, quería ofrecerles un sacrificio.
Al oírlo los apóstoles Bernabé y Pablo, se rasgaron el manto e irrumpieron por medio del gentío, gritando y diciendo:
«Hombres, ¿qué hacéis? También nosotros somos humanos de vuestra misma condición; os anunciamos esta Buena Noticia: que dejéis los ídolos vanos y os convirtáis al Dios vivo “que hizo el cielo, la tierra y el mar y todo lo que contienen”. En las generaciones pasadas, permitió que cada pueblo anduviera su camino; aunque no ha dejado de dar testimonio de sí mismo con sus beneficios, mandándoos desde el cielo la lluvia y las cosechas a sus tiempos, dándoos comida y alegría en abundancia».
Con estas palabras, a dura penas disuadieron al gentío de que les ofrecieran un sacrificio.

Palabra de Dios
Te Alabamos Señor

Salmo
Sal 113B,1-2.3-4.15-16

R/. No a nosotros, Señor, no a nosotros,
sino a tu nombre da la gloria

No a nosotros, Señor, no a nosotros,
sino a tu nombre da la gloria, por tu bondad, por tu lealtad. ¿Por qué han de decir las naciones:
«Dónde está su Dios»? R/.

Nuestro Dios está en el cielo, lo que quiere lo hace. Sus ídolos, en cambio, son plata y oro, hechura de manos humanas. R/.

Benditos seáis del Señor, que hizo el cielo y la tierra. El cielo pertenece al Señor, la tierra se la ha dado a los hombres. R/.


Lectura del santo evangelio según san Juan (14,21-26):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; al que me ama será amado mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».
Le dijo Judas, no el Iscariote:
«Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?»
Respondió Jesús y le dijo:
«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho».

Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús

REFLEXIONANDO LA PALABRA

¡Feliz lunes de la quinta semana de Pascua! Deseo que este tiempo os esté regalando experiencias pascuales para actualizar la fe y resucitar el amor y la esperanza.

Y, para tener más vida, ya está aquí y resuena la promesa del Espíritu Santo. Es hora de ponerse a al escucha del Paráclito. Él es quien actualiza la palabra de Jesús, su enseñanza, el sendero que lleva a acoger el amor del Padre. Él prepara la morada humana que recibe al Dios uno y trino. Él nos va haciendo conscientes del Evangelio entre líneas que escribió Jesús con su vida, muerte y resurrección.

Este es el Evangelio que predican Pablo y Bernabé. Aunque la predicación les juega malas pasadas. En este caso un modo de persecución no de las personas, sino del mensaje. Considerar a Bernabé y a Pablo “dioses en figura de hombres” destruye el mensaje que quieren transmitir los apóstoles. Es una tentación que se da no pocas veces. No sólo en quien predica, sino en cualquier cristiano que se preocupa sanamente por trasmitir su fe: “si me consideran ‘el mejor’, ‘el más comprometido’, ‘el más inteligente’, ‘el más brillante’, ‘el de más talento’ o ‘el más sencillo y humilde’ podré dar buen testimonio de Jesús y llegar a mucha gente”. Poned estas palabras u otras parecidas. Hay que reconocer que es una miel tentadora. Pero sería como quedarse en los hosannas de la entrada de Jesús en Jerusalén, sin leer el resto de los relatos de la pasión - resurrección. Y todos sabemos que los hosannas callan pronto –además provocan adicción- y que lo que permanece es la vida nueva en la resurrección, para lo cual hay que pasar por la cruz. No queramos ser más que nuestro Maestro, para que Dios se digne morar en nosotros y seamos asamblea de vida.

Fraternalmente tu hermano en la Fe Jose Alirio Lagarejo Palomeque

"Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia" (Jn 10,10).✍

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