(San Andrés Kim Taegon y San Pablo Chong Hasang)
Color: ROJO
20 de septiembre de 2019
Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo
(6,2c-12):
Esto es lo que tienes que enseñar y recomendar. Si alguno
enseña otra cosa distinta, sin atenerse a las sanas palabras de nuestro Señor
Jesucristo y a la doctrina que armoniza con la piedad, es un orgulloso y un
ignorante, que padece la enfermedad de plantear cuestiones inútiles y discutir
atendiendo sólo a las palabras. Esto provoca envidias, polémicas, difamaciones,
sospechas maliciosas, controversias propias de personas tocadas de la cabeza,
sin el sentido de la verdad, que se han creído que la piedad es un medio de
lucro. Es verdad que la piedad es una ganancia, cuando uno se contenta con
poco. Sin nada vinimos al mundo, y sin nada nos iremos de él. Teniendo qué
comer y qué vestir nos basta. En cambio, los que buscan riquezas caen en
tentaciones, trampas y mil afanes absurdos y nocivos, que hunden a los hombres
en la perdición y la ruina. Porque la codicia es la raíz de todos los males, y
muchos, arrastrados por ella, se han apartado de la fe y se han acarreado
muchos sufrimientos. Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo esto; practica
la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza. Combate el
buen combate de la fe. Conquista la vida eterna a la que fuiste llamado, y de
la que hiciste noble profesión ante muchos testigos.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Salmo
Sal 48
R/. Dichosos los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos
¿Por qué habré de temer los días aciagos, cuando me cerquen
y acechen los malvados, que confían en su opulencia
y se jactan de sus inmensas riquezas,
si nadie puede salvarse ni dar a Dios un rescate? R/.
Es tan caro el rescate de la vida, que nunca les bastará
para vivir perpetuamente
sin bajar a la fosa. R/.
No te preocupes si se enriquece un hombre
y aumenta el fasto de su casa: cuando muera, no se llevará
nada, su fasto no bajará con él. R/.
Aunque en vida se felicitaba: «Ponderan lo bien que lo
pasas», irá a reunirse con sus antepasados,
que no verán nunca la luz. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (8,1-3):
En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y
de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban
los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y
enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios;
Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le
ayudaban con sus bienes.
Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús
REFLEXIONANDO LA PALABRA
¡Qué hermosa expresión: "los que ACOMPAÑAN A
JESÚS"! En el Nuevo Testamento esta expresión se utiliza sólo para
designar a los que dieron su existencia a Jesús. Acompañar a Jesús es vivir,
pasar el tiempo con El; es familiarizarse con El hasta el punto de presentir su
manera de concebir las cosas, sus reacciones, conocer sus gustos y sus temas
favoritos. Acompañar a Jesús es hacer suyo su proyecto, asumir como programa de
vida el Evangelio. Y aprender a descifrar la realidad a través de una pauta de
lectura particular, la que San Pablo definió con esta frase que expresa la
esencia del discípulo y seguidor del Jesús: "para mí, vivir es
Cristo". Acompañar a Jesús es hacerle compañía, hasta el punto que nos
toca completar en nuestra carne, lo decía también San Pablo, lo que falta a la
pasión de Cristo. Hay continuidad entre Jesús y nosotros, entre la Iglesia y su
Señor. En definitiva, el discípulo es el trabajador de Jesús, trabajador del
Reino que lo va construyendo y le va dando forma; es el que guarda la herencia
recibida y asegura el porvenir del E vangelio.
Pidamos a Dios Padre su Espíritu para que seamos los
compañeros fieles de Jesús y continuemos su proyecto de vida con el ejemplo de
la nuestra. ¿Te sientes "compañero" de Jesús? ¿Tu fe te ha llevado a
familiarizarte con la vida y obra de Jesús?
Fraternalmente tu hermano en la fe José Alirio Lagarejo
Palomeque
"Yo he venido para que tengan vida y vida en
abundancia" (Jn 10,10)
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