Color: VERDE
6 de octubre de 2019
Primera lectura
Lectura de la profecía de Habacuc (1,2-3;2,2-4):
¿Hasta cuándo, Señor,
pediré auxilio sin que me oigas, te gritaré: ¡Violencia!,
sin que me salves? ¿Por qué me haces ver crímenes
y contemplar opresiones?
¿Por qué pones ante mí
destrucción y violencia,
y surgen disputas
y se alzan contiendas?
Me respondió el Señor:
Escribe la visión y grábala
en tablillas, que se lea de corrido;
pues la visión tiene un plazo, pero llegará a su término sin
defraudar.
Si se atrasa, espera en ella, pues llegará y no tardará.
Mira, el altanero no triunfará; pero el justo por su fe
vivirá.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Salmo
Sal 94,1-2.6-7.8-9
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis
vuestro corazón».
V/. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que
nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. R/.
V/. Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor,
creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que
él guía. R/.
V/. Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de
Masa en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron,
aunque habían visto mis obras». R/.
Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo
(1,6-8.13-14):
Querido hermano:
Te recuerdo que reavives el don de Dios que hay en ti por la
imposición de mis manos, pues Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino
de fortaleza, de amor y de templanza. Así pues, no te avergüences del
testimonio de nuestro Señor ni de mí, su prisionero; antes bien, toma parte en
los padecimientos por el Evangelio, según la fuerza de Dios.
Ten por modelo las palabras sanas que has oído de mí en la
fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús. Vela por el precioso
depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,5-10):
En aquel tiempo, los apóstoles le dijeron al Señor:
«Auméntanos la fe».
El Señor dijo:
«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa
morera:
“Arráncate de raíz y plántate en el mar», y os obedecería.
¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o
pastoreando, le dice cuando vuelve del campo: “Enseguida, ven y ponte a la
mesa”?
¿No le diréis más bien: “Prepárame de cenar, cíñete y
sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”?
¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha
hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha
mandado, decid:
“Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que
hacer”».
Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús
REFLEXIONANDO LA PALABRA
Nuevamente estamos unidos para reflexionar, la palabra, que
el Señor nos regala en este domingo veintisiete del evangelio de San Lucas.
Importante destacar que el Señor nos invita hacer hombres y mujeres de Fe. En
este año de la Fe, los apóstoles, le piden a Jesús que aumente su fe y, Jesús,
les dice: “que su Fe tiene que ser como el tamaño de un grano de mostaza”. Aun
que sea pequeña cuando crece se convierte en un gran arbusto que cobija a
todos.
Desde la Fe, podemos ser realmente, verdaderos discípulos,
verdaderos servidores del Señor. Podemos llevar a cabo la misión que nos ha
confiado y, sobre todo podemos, ser hombres y mujeres del perdón.
Porque comienza el evangelio, diciendo: “estas palabra de
Jesús a los discípulos, si tu hermano peca repréndelo, si se arrepiente
perdónalo. Si peca durante siete veces al día perdónalo”.
Es por eso, que en este día, podríamos quedarnos con esta
palabra que el Señor nos regala. Meditarla en nuestro corazón y pedirle que nos
ayude a poder tener una actitud más misericordiosa con nuestros hermanos que
caminan a nuestro lado. Y sobre todo, que podamos dar testimonio de la Fe que
hemos recibido de parte del Señor. Para poder ser buenos y mejores servidores.
Termina el evangelio, diciendo estas palabras de Jesús: “así
también ustedes cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: somos
simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestros deber”.
Es cierto somos simples servidores y, el Señor, nos invita a
ser cada día mejores servidores y seguidores y anunciadores del Reino.
Me uno a los apóstoles y oro una y otra vez: “Aumenta mi
fe”. Escucho con la misma apertura la respuesta alentadora de Jesús al mirar la
calidad de mi fe: ¡es suficiente que mi fe sea tan pequeño/a como una semilla
de mostaza!
Mientras parece obvio que el sirviente come sólo una vez que
el amo ha sido servido, en la Última Cena Jesús hizo justo lo contrario:
insistió en lavar los pies a sus discípulos. Luego los llamó sus amigos. Pido
la gracia de tener la libertad para verme como el sirviente indigno que trata
de no ser superior a su maestro.
Jesús nos llama la atención a la grandeza escondida en algo
pequeño. Nosotros también somos pequeños, pero Dios les da poder para hacer
grandes cosas, a aquellos que realmente lo siguen. Dios puede trabajar a través
de nosotros, más allá de todas nuestras esperanzas y sueños, cuando no ponemos
obstáculos en su caminar.
Señor, Tú me llenaste de tu amor ilimitado, y Tú me invitas
a compartir este amor con un mundo necesitado. Deja que mi felicidad sea hacer
esto. Esa es mi grandeza, servir en el amor. Y las oportunidades son
ilimitadas.
Seguimos Orando
Tu hermano en la fe José Alirio Lagarejo Palomeque
"Yo he venido para que tengan vida y vida en
abundancia" (Jn 10,10)✍
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