martes, 9 de julio de 2019

Miércoles, XIV Semana. Tiempo Ordinario

Color: VERDE

10 de julio de 2019

Primera lectura

Lectura del libro del Génesis (41,55-57;42,5-7.17-24a):

En aquellos días, llegó el hambre a todo Egipto, y el pueblo reclamaba pan al Faraón; el Faraón decía a los egipcios: «Dirigíos a José y haced lo que él os diga.»
Cuando el hambre cubrió toda la tierra, José abrió los graneros y repartió raciones a los egipcios, mientras arreciaba el hambre en Egipto. Y de todos los países venían a Egipto a comprarle a José, porque el hambre arreciaba en toda la tierra. Los hijos de Jacob fueron entre otros a comprar grano, pues había hambre en Canaán. José mandaba en el país y distribuía las raciones a todo el mundo. Vinieron, pues, los hermanos de José y se postraron ante él, rostro en tierra.
Al ver a sus hermanos, José los reconoció, pero él no se dio a conocer, sino que les habló duramente: «¿De dónde venís?»
Contestaron: «De tierra de Canaán, a comprar provisiones.»
Y los hizo detener durante tres días.
Al tercer día, les dijo: «Yo temo a Dios, por eso haréis lo siguiente, y salvaréis la vida: si sois gente honrada, uno de vosotros quedará aquí encarcelado, y los demás irán a llevar víveres a vuestras familias hambrientas; después me traeréis a vuestro hermano menor; así probaréis que habéis dicho la verdad y no moriréis.»
Ellos aceptaron, y se decían: «Estamos pagando el delito contra nuestro hermano, cuando le veíamos suplicarnos angustiado y no le hicimos caso; por eso nos sucede esta desgracia.»
Intervino Rubén: «¿No os lo decía yo: "No pequéis contra el muchacho", y no me hicisteis caso? Ahora nos piden cuentas de su sangre.»
Ellos no sabían que José les entendía, pues había usado intérprete. Él se retiró y lloró; después volvió a ellos.

Palabra de Dios
Te alabamos Señor

Salmo
Sal 32,2-3.10-11.18-19

R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti

Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo, acompañando los vítores con bordones. R/.

El Señor deshace los planes de las naciones, frustra los proyectos de los pueblos; pero el plan del Señor subsiste por siempre, los proyectos de su corazón, de edad en edad. R/.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,1-7):

En aquel tiempo, Jesús, llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: «No vayáis a tierra de gentiles, ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca.»

Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús

REFLEXIONANDO LA PALABRA

La historia de José, uno de los doce hijos de Jacob, ocupa trece capítulos del Génesis. Saltamos los capítulos que nos cuentan que por la envidia que sentían hacia José, el predilecto de Jacob, sus hermanos, lo vendieron a unos comerciantes que iban a Egipto; donde fue esclavo y estuvo en la cárcel, hasta que por su don de interpretar los sueños, el Faraón lo llevó a la corte, llegando a ser primer ministro y administrador del reino. Durante siete años de «vacas gordas», hace reservas de trigo en vista a los siete años de sequedad que había previsto.
El hambre se adueñará de muchos países y acudirán a Egipto para conseguir grano. Los hermanos de José impulsados también por la necesidad de subsistir, se ponen en camino. José reconoció a sus hermanos, pero no se da a conocer de inmediato y los pone a prueba, pidiéndoles que le traigan al hermano menor, Benjamín, a quien quiere de modo especial porque son hijos de la misma madre.
Uno de los motivos de los celos de sus hermanos había sido que José, ingenuamente, les había contado un sueño en que los veía arrodillados a sus pies. Ahora lo están, aunque por el momento no lo reconozcan. En la desgracia se despiertan los recuerdos y toman conciencia de su culpabilidad.
Sufriendo ellos, se dan cuenta de que han hecho sufrir a su hermano José. Dios se sirve de los acontecimientos aparentemente más desfavorables para llevar a cabo su proyecto. Todo parecía estar en contra de José, pero todo girará y se pondrá a su favor.

El Evangelio nos muestra a Jesús enviando a sus discípulos en misión. Jesús los llama, y les da autoridad sobre las fuerzas del mal, y capacidad para liberar a las personas de toda dolencia. Los llama por sus propios nombres y los envía.
La Iglesia es una comunidad misionera. Tiene su origen en el cumplimiento de la misión del Hijo y del Espíritu Santo según el plan de Dios Padre.
Hoy Jesús nos sigue llamando por nuestro propio nombre y desde nuestras particulares circunstancias. No nos llama para una misión fácil. Estamos en medio de una realidad deshumanizante; ante un mundo enfermo de egoísmo, corrupción y ambición desmedida que todo lo justifica.
Es en este mundo, donde el Señor nos llama a proclamar con fuerza y valentía, la llegada del Reino de vida y esperanza, a ser servidores de la Palabra de gracia, al servicio del Reino por el que Jesús, consagró su vida. Sus palabras y sus actos, aquello que hoy nos invita a reproducir, no tenían otra finalidad que la de crear entre los hombres, lazos tan fraternales que el Espíritu pudiera desde ellos hacer nacer el Reino.
Renovar entre los hombres los lazos que la vida se encarga de deshacer, para que los excluidos sean reinsertados en la comunión, los pecadores sean rescatados y el perdón pueda crear una nueva historia.

PARA DISCERNIR

¿Dónde descubro que tiene que hacerse presente mi anuncio?
¿Siento la responsabilidad de anunciar la Vida Nueva del Reino?
¿Me urge la realización de un mundo que sea Reino?

Fraternalmente tu hermano José Alirio Lagarejo Palomeque

"Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia" (Jn 10,10).✍

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