domingo, 2 de junio de 2019

Lunes, VII Semana de Pascua

(Carlos Luanga y compañeros mártires)
Color: BLANCO/ROJO
3 de junio de 2019

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (19,1-8):

Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó la meseta y llegó a Éfeso. Allí encontró unos discípulos y les preguntó:
«¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?».
Contestaron:
«Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo».
Él les dijo:
«Entonces, ¿qué bautismo habéis recibido?».
Respondieron:
«El bautismo de Juan».
Pablo les dijo:
«Juan bautizó con un bautismo de conversión, diciendo al pueblo que creyesen en el que iba a venir después de él, es decir, en Jesús».
Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús; cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo, y se pusieron a hablar en lenguas extrañas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres.
Pablo fue a la sinagoga y durante tres meses hablaba con toda libertad del reino de Dios, dialogando con ellos y tratando de persuadirlos.

Palabra de Dios
Te Alabamos Señor

Salmo
Sal 67,2-3.4-5ac.6-7ab

R/. Reyes de la tierra, cantad a Dios

Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos, huyen de su presencia los que lo odian; como el humo se disipa, se disipan ellos; como se derrite la cera ante el fuego,
así perecen los impíos ante Dios. R/.

En cambio, los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría. Cantad a Dios, tocad a su nombre;
su nombre es el Señor. R/.

Padre de huérfanos, protector de viudas,
Dios vive en su santa morada. Dios prepara casa a los desvalidos,
libera a los cautivos y los enriquece. R/.


Lectura del santo evangelio según san Juan (16,29-33):

EN aquel tiempo, aquel tiempo, los discípulos dijeron a Jesús:
«Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que has salido de Dios».
Les contestó Jesús:
«¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».

Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús

REFLEXIONANDO LA PALABRA

Estamos acabando el tiempo pascual. Jesús lleva algunos días despidiéndose de sus amigos, y ha aprovechado para recordarnos quién es Él. Se nos ha presentado como Buen Pastor, puerta para las ovejas, luz, camino, amigo (no los llamo siervos, sino amigos), y se ha despedido diciendo que os conviene que Yo me vaya.

La ausencia de Jesús (acabamos de celebrar su Ascensión al cielo) seguramente desarmó a los Apóstoles. Tendrían que aprender a vivir sin Jesús, pero, por otra parte, estimula nuestro deseo de verle de nuevo. Y ese deseo nos ayuda a crecer en la fe.

Porque nuestra fe no puede ser siempre la misma. No vale la fe de los 8 años cuando tienes 28, 38 o 78. Como no vale la ropa de niño cuando somos adultos. En la primera lectura lo hemos podido ver. Hay una evolución en el conocimiento de Cristo, que tiene que notarse en nuestro compromiso. En cómo vivimos.

Si nos tomamos en serio el seguir a Cristo, seguro que tendremos problemas Con nosotros mismos, en primer lugar, y con los demás, después. Pablo estuvo tres meses dialogando con algunos, para convencerlos. Seguro que lo hizo con paz, a pesar de todo. Porque Cristo estaba con Él, y Cristo ha vencido al mundo.

Diálogo entre un recién convertido a Cristo y un amigo no creyente.

¿De modo que te has convertido a Cristo?
Sí.
Entonces sabrás mucho sobre él. Dime: ¿en qué país nació?
No lo sé.
¿A qué edad murió?
Tampoco lo sé.
¿Sabrás al menos cuántos sermones pronunció?
Pues no... No lo sé.
La verdad es que sabes muy poco, para ser un hombre que afirma haberse convertido a Cristo...
Tienes toda la razón. Y yo mismo estoy avergonzado de lo poco que sé acerca de Él. Pero sí que sé algo: hace tres años, yo era un borracho. Estaba cargado de deudas. Mi familia se deshacía en pedazos, mi mujer y mis hijos temían como un nublado mi vuelta a casa cada noche. Pero ahora he dejado la bebida, no tenemos deudas, nuestro hogar es un hogar feliz, mis hijos esperan ansiosamente mi vuelta a casa cada noche. Todo esto es lo que ha hecho Cristo por mí. ¡Y esto es lo que sé de Cristo!

(El Canto del Pájaro p. 146. Anthony de Mello S.J. Sal Térrea. Santander 1982)

En África han muerto muchos cristianos, a lo largo de la historia. Como san Carlos Lwanga y sus compañeros. Y siguen muriendo. Tengámoslos presentes en nuestra oración.

Fraternalmente tu hermano en la Fe Jose Alirio Lagarejo Palomeque

"Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia" (Jn 10,10).✍

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