sábado, 1 de junio de 2019

Ascensión del Señor-Ciclo C

LA PALABRA CADA DÍA

Ascensión del Señor - Ciclo C
Color: BLANCO
2 de junio de 2019

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (1,1-11):

En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios.
Una vez que comían juntos, les recomendó: «No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo.»
Ellos lo rodearon preguntándole: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?»
Jesús contestó: «No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.» Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista.
Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse.»

Palabra de Dios
Te Alabamos Señor

Salmo
Sal 46,2-3.6-7.8-9

R/. Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas

Pueblos todos batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra. R/.

Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas; tocad para Dios, tocad, tocad para nuestro Rey, tocad. R/.

Porque Dios es el rey del mundo; tocad con maestría. Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sagrado. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (1,17-23):

Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos.

Palabra de Dios
Te Alabamos Señor


Evangelio segúngún san Lucas (24,46-53), del domingo, 2 de junio de 2019

Conclusión del santo evangelio según san Lucas (24,46-53):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto.»
Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.

Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús.

REFLEXIONANDO LA PALABRA


EL DÍA DE LA DESPEDIDA

Entre la Pascua de Resurrección y la fiesta de Pentecostés, la venida del Espíritu Santo, la Iglesia sitúa la solemnidad de la Ascensión. Es un momento más del proceso por el que pasan los discípulos después de la muerte de Jesús. Los que salieron corriendo, llenos de miedo, cuando Jesús fue detenido, juzgado y clavado en la cruz, fueron confortados por el encuentro con el Señor resucitado. Ahora, suficientemente firmes en la fe, Jesús se despide de ellos. Pero les deja una nueva promesa: la promesa del Espíritu Santo.

La venida del Espíritu dará fuerzas a los discípulos para ser testigos de Jesús “en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo” (primera lectura). El Espíritu será “la fuerza de lo alto” de la que se revestirán los discípulos (evangelio). Pero para que llegue el Espíritu es necesario que Jesús se vaya. Es necesario que por un tiempo los discípulos aprendan a vivir por sí solos.

Podríamos decir que esta fiesta nos habla de la pedagogía de Dios con los hombres. Jesús tomó a unos pescadores ignorantes. Los fue enseñando a lo largo de tres años. Así nos lo relatan los Evangelios. No fue suficiente. A la hora de la cruz, todos, menos Juan y unas pocas mujeres, salieron corriendo. Después, los discípulos pasaron por la experiencia de la resurrección. No les fue fácil al principio aceptar que Jesús estaba vivo. Necesitaron su tiempo. Ahora hasta aquella presencia misteriosa desaparece. Jesús les promete el Espíritu, pero por un tiempo tienen que aprender a estar solos. A tener la responsabilidad de su fe en sus manos. Hasta que llegue el Espíritu que les dará la fuerza para ser testigos del Reino.

La fiesta de hoy nos tendría que hacer pensar en cómo vivimos nuestra fe. Deberíamos aprender a tener con nosotros y con nuestros hermanos la misma paciencia que Dios tuvo con los discípulos y que tiene con nosotros. Como los buenos libros necesitan ser leídos varias veces para apreciar todo su valor, así la fe necesita tiempo, estudio y oración para que llegue a hacerse vida en nosotros. Nuestra comunidad cristiana crecerá en la medida en que todos crezcamos también en la escucha del Señor. Como los discípulos, habrá días en que sintamos la presencia de Dios cerca de nosotros y otros en los que nos sintamos solos. Todo es parte del proceso que nos llevará a vivir en plenitud nuestra fe, a ser testigos del Reino en nuestro mundo. La fiesta de hoy nos tiene que ayudar a poner nuestra confianza en Jesús. Aunque nos parezca que estamos solos, él nos ha prometido su Espíritu. Y Jesús no falla nunca.

PARA REFLEXIONAR

¿Hemos sentido alguna vez a Dios ausente de nuestra vida? ¿Qué hemos hecho en esos momentos? ¿Confiamos en Dios y creemos que nos enviará su Espíritu? ¿Cómo damos testimonio de nuestra fe en Jesús en nuestra comunidad y en nuestra familia?

Fraternalmente tu hermano en la Fe Jose Alirio Lagarejo Palomeque

"Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia" (Jn 10,10).✍

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