jueves, 6 de junio de 2019

Viernes, VII Semana de Pascua


Color: BLANCO

7 de junio de 2019

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (25,13-21):

En aquellos días, el rey Agripa llegó a Cesarea con Berenice para cumplimentar a Festo, y se entretuvieron allí bastantes días.
Festo expuso al rey el caso de Pablo, diciéndole: «Tengo aquí un preso, que ha dejado Félix; cuando fui a Jerusalén, los sumos sacerdotes y los ancianos judíos presentaron acusación contra él, pidiendo su condena. Les respondí que no es costumbre romana ceder a un hombre por las buenas; primero el acusado tiene que carearse con sus acusadores, para que tenga ocasión de defenderse. Vinieron conmigo a Cesarea, y yo, sin dar largas al asunto, al día siguiente me senté en el tribunal y mandé traer a este hombre. Pero, cuando los acusadores tomaron la palabra, no adujeron ningún cargo grave de los que yo suponía; se trataba sólo de ciertas discusiones acerca de su religión y de un difunto llamado Jesús, que Pablo sostiene que está vivo. Yo, perdido en semejante discusión, le pregunté si quería ir a Jerusalén a que lo juzgase allí. Pero, como Pablo ha apelado, pidiendo que lo deje en la cárcel, para que decida su majestad, he dado orden de tenerlo en prisión hasta que pueda remitirlo al César.»

Palabra de Dios
Te Alabamos Señor

Salmo
Sal 10,4-7

R/. El Señor puso en el cielo su trono

Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R/.

Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles;
como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.

El Señor puso en el cielo su trono, su soberanía gobierna el universo. Bendecid al Señor, ángeles suyos,
poderosos ejecutores de sus órdenes. R/.


Lectura del santo evangelio según san Juan (21,15-19):

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»
Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.»
Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»
Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Él le dice: «Pastorea mis ovejas.»
Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.»
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió: «Sígueme.»

Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús

REFLEXIONANDO LA PALABRA

Por algo el Derecho Romano es la base de muchos sistemas jurídicos europeos. Garantías para el procesado, dentro de lo que era posible en su época. A Pablo eso le permite ir a Roma, a dar testimonio. ¿De qué? De que su encuentro con Cristo, traumático al principio, le cambió la vida. Y no con argumentos filosóficos, sino con mucho, pero que mucho amor.

De amor habla también el Evangelio. el conocido relato de la triple afirmación de Pedro lo podemos leer desde esta clave. A Pedro no le valen los años de servicio a la empresa. No es un “ascenso” automático, por el simple hecho de haber estado desde el principio con Jesús. No le cuentan las muchas homilías escuchadas, las noches al raso, el frío y el calor pasado con el Maestro. Todo eso está muy bien. Seguro que le fue “ablandando” el corazón, para entender lo que de verdad era importante.

Y porque amó mucho, a Pedro se le perdona mucho. La traición queda atrás, Pedro puede volver a mirar a Cristo a los ojos, y recibir de manos del Salvador las llaves de la Iglesia. La barca de Cristo queda en buenas manos, manos firmes, curtidas por el trabajo en el mar, y ablandadas por el contacto con Jesús. Y se prepara para ser el primero de los seguidores, el pastor que va delante de las ovejas, en el lugar del Buen Pastor, que subió a los Cielos.

Repítele a Jesús que le quieres. Él lo sabe, pero nos hace bien. Y déjale que te perdone tus miedos, tus traiciones, tus dudas. Peor que Pedro no eres, seguro. Y él fue capaz de seguir adelante. ¡Y cómo

Fraternalmente tu hermano en la Fe Jose Alirio Lagarejo Palomeque

"Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia" (Jn 10,10).✍

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