martes, 2 de julio de 2019

Santo Tomás, apóstol

Color: ROJO

3 de julio de 2019

Primera lectura

Lectura de la carta a los Efesios (2,19-22):

Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.

Palabra de Dios
Te alabamos Señor

Salmo
Sal 116

R/. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo todos los pueblos. R/.

Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre. R/.


Lectura del santo evangelio según san Juan (20,24-29):

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.
Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.»
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos.
Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.»
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»
Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!»
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.»

Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús

REFLEXIONANDO LA PALABRA

Celebramos la vida del apóstol Tomás a quien fácilmente identificamos por su incredulidad frente a la resurrección de Jesús. Descubrimos que, más allá de la duda, su proceso de madurez dentro de la comunidad y su apertura a la misión lo convirtieron en testigo del Jesús vencedor de la muerte. Santo Tomás, llamado el gemelo, nos invita a confiar más en el Dios que siempre actúa en lo imperceptible y lo pequeño. Estamos llamados a ser testigos de la presencia del resucitado en las acciones, a veces insignificantes, de nuestras comunidades, como el trabajo que realizan las CEB´s en América Latina al servicio del Reino de Dios o en los cambios que han comenzado a generarse en las familias a favor del cuidado del medio ambiente. 

Con imágenes propias de una construcción (piedra, templo, edificio) San Pablo busca recordar que la misión de los seguidores de Jesús (piedras vivas) está en ser «morada de Dios» que da cobijo y salva de la intemperie. Obviamente, la exhortación no pedía a la naciente Iglesia trabajar en la edificación de templos gloriosos de piedra sino más bien en el fortalecimiento de las comunidades y sus líderes. Desde la definición «Iglesia, comunidad de comunidades» se ha intentado visibilizar el trabajo que se realiza desde las bases, desde lo pequeño, como «la semilla de mostaza» propuesta por Jesús. Sin esta vuelta a los orígenes humildes de las primeras comunidades, será más fácil perder la esperanza y dudar de nuestra misión en el mundo. Somos herederos de grandes estructuras eclesiales, muchas de ellas sin pueblo, convertidas en museos y algo más, pero sin la capacidad de ayudarnos al verdadero encuentro con el Dios de Jesús. Sin una sincera pastoral de acompañamiento a las pequeñas comunidades o comunidades familiares, seguiremos teniendo a muchos Tomás sin ojos para ver al Dios encarnado y presente, no en edificios sino en los corazones.

El evangelio del día de ayer nos invitó a reconocer que los fuertes vientos que sacuden nuestra vida personal y comunitaria son una oportunidad para renovarnos.  Siempre será un paso hacia la madurez reconocer con humildad nuestros desaciertos y la falta de fidelidad al evangelio de Jesús. Frente a esto es normal que nos asalte el miedo y la incertidumbre, pero aprendamos como Tomás a adentrarnos en el misterio de Dios y seamos testigos, como él, de la «vida» que resurge. Tener puesta nuestra confianza en Jesús resucitado nos dará la oportunidad de afianzarnos en la fe y ubicarnos en la dirección correcta: el Reino de Dios.

¿cómo suscitar en nuestras comunidades esa pastoral de acompañamiento cercano y sincero que nos ayude a superar el estancamiento y la incredulidad?

Fraternalmente tu hermano en la fe José Alirio Lagarejo Palomeque

"Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia" (Jn 10,10).✍

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