miércoles, 3 de julio de 2019

Jueves, XIII Semana. Tiempo Ordinario

(Santa Isabel de Portugal)
Color: VERDE

4 de julio de 2019

Primera lectura

Lectura del libro del Génesis (22,1-19):

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán llamándole: «¡Abrahán!»
Él respondió: «Aquí me tienes.»
Dios le dijo: «Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.»
Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios. El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de lejos.
Y Abrahán dijo a sus criados: «Quedaos aquí con el asno; yo con el muchacho iré hasta allá para adorar, y después volveremos con vosotros.»
Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos.
Isaac dijo a Abrahán, su padre: «Padre.»
Él respondió: «Aquí estoy, hijo mío.»
El muchacho dijo: «Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el sacrificio?»
Abrahán contestó: «Dios proveerá el cordero para el sacrificio, hijo mío.»
Y siguieron caminando juntos. Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña.
Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: «¡Abrahán, Abrahán!»
Él contestó: «Aquí me tienes.»
El ángel le ordenó: «No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.»
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en una maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. Abrahán llamó a aquel sitio «El Señor ve», por lo que se dice aún hoy «El monte del Señor ve.»
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: «Juro por mí mismo –oráculo del Señor–: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido.»
Abrahán volvió a sus criados, y juntos se pusieron en camino hacia Berseba. Abrahán se quedó a vivir en Berseba.

Palabra de Dios
Te alabamos Señor

Salmo
Sal 114

R/. Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida

Amo al Señor, porque escucha mi voz suplicante, porque inclina su oído hacia mí el día que lo invoco. R/.

Me envolvían redes de muerte, me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia. Invoqué el nombre del Señor: «Señor, salva mi vida.» R/.

El Señor es benigno y justo, nuestro Dios es compasivo; el Señor guarda a los sencillos: estando yo sin fuerzas, me salvó. R/.

Arrancó mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida. R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,1-8):

En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla.
Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados.»
Algunos de los escribas se dijeron: «Éste blasfema.»
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: «¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados están perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados –dijo dirigiéndose al paralítico–: Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa.»
Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús

REFLEXIONANDO LA PALABRA

La liturgia de la Palabra para este día nos invita a valorar la vida, la propia y de todo lo creado, como el don más sagrado. Además, nos invita a curarnos de las parálisis en las que solemos vivir a causa del consumismo y el culto idolátrico al dinero.

Recordamos que las narraciones bíblicas nos presentan a un Dios que acompaña con paciencia los procesos de liberación de su pueblo. Hoy le toca demostrar a Abrahán ante su hijo Isaac que ha aprendido a no controlarlo todo, abriéndose a la providencia de Dios; que ha dejado de instrumentalizar a las personas valorándolas en su integridad; y finalmente, probarse a sí mismo, que ha madurado en la fe y en el amor. Este relato, no sólo presenta el camino de madurez del patriarca, también nos muestra la imagen de ese Dios que ha caminado junto a él. Es el Dios justo que ha salido en defensa de Ismael, el hijo de Agar, a quien también promete tierra y descendencia; el mismo que da la orden para que Abrahán no alargue la mano contra su hijo ni le haga daño. Es el Dios de la misericordia entrañable que no sacrifica a unos para dar lecciones a otros; es el Dios que espera que sus creaturas sean reflejo de su amor incondicional.

En el escenario mundial nos encontramos con el culto idolátrico al dinero que además de insaciable, se cobra vidas inocentes a diario. Dios nos ha dado este mundo no para vivir codiciando los bienes de la creación, proyectando ingenuamente allí nuestra felicidad; más bien nos muestra que la fuente de la realización humana está en donar la vida. Precisamente el evangelio de hoy dibuja una escena de una vida que se salva a partir de un gesto comunitario.

Decíamos que hoy son muchas las parálisis que padecemos (familiares, sociales, religiosas, políticas, económicas, etc.). Necesitamos de personas que, con buena voluntad, testimoniando el amor incondicional, nos acerquen al Dios de Jesús que dignifica, libera y da sentido a nuestra vida. Sepamos que habrá quien se oponga y nos desanime, pero no dejemos de ayudar solidariamente. Son muchos los que caminan con esperanza en la humanidad y en la ayuda del Dios providente.

Pidamos en nuestra oración de hoy por las víctimas de este sistema-mundo en el que vivimos. Comprometámonos, en la medida de nuestras posibilidades, con quien necesite de nuestra ayuda, no sólo material sino de todo tipo.

Fraternalmente tu hermano en la fe José Alirio Lagarejo Palomeque

"Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia" (Jn 10,10).✍

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

LECTURAS: Lunes, XXXII Semana. Tiempo Ordinario: 7 de noviembre del 2022

  XXXII Semana.  Tiempo Ordinario   Lunes, 7 de noviembre del 2022   Color:  VERDE Si siete veces vuelve tu hermano arrepentido, perdónalo P...

Las más visitadas