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18 de febrero de 2020
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol Santiago 1, 12-18
Bienaventurado el hombre que aguanta la prueba,
porque, si sale airoso, recibirá la corona de la vida que el Señor prometió a
los que lo aman.
Cuando alguien se vea tentado, que no diga: «Es Dios
quien me tienta»; pues Dios no es tentado por el mal y él no tienta a nadie.
A cada uno le tienta su propio deseo cuando lo
arrastra y lo seduce; después el deseo concibe y da a luz el pecado, y entonces
el pecado, cuando madura, engendra muerte.
No os engañéis, mis queridos hermanos. Todo buen
regalo y todo don perfecto viene de arriba, procede del Padre de las luces, en
el cual no hay ni alteración ni sombra de mutación.
Por propia iniciativa nos engendró con la palabra de
la verdad, para que seamos como una primicia de sus criaturas.
PALABRA DE DIOS
TE ALABAMOS SEÑOR
Salmo
Sal 93, 12-13a. 14-15. 18-19
R/. Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor
Dichoso el hombre a quien tú educas,
al que enseñas tu ley,
dándole descanso tras los años duros. R/.
Porque el Señor no rechaza a su pueblo,
ni abandona su heredad:
el justo retornará a la justicia,
y la seguirán todos los rectos de corazón. R/.
Cuando pensaba que iba a tropezar,
tu misericordia, Señor, me sostenía;
cuando se multiplican mis preocupaciones,
tus consuelos son mi delicia. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 14-21
Y Jesús les ordenaba diciendo:
«Estad atentos, evitad la levadura de los fariseos y
de Herodes».
Y discutían entre ellos sobre el hecho de que no
tenían panes.
Dándose cuenta, les dijo Jesús:
«¿Por qué andáis discutiendo que no tenéis pan? ¿Aún
no entendéis ni comprendéis? ¿Tenéis el corazón embotado? ¿Tenéis ojos y no
veis, tenéis oídos y no oís? ¿No recordáis cuántos cestos de sobras recogisteis
cuando repartí cinco panes entre cinco mil?». Ellos contestaron:
«Doce»
«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando
repartí siete entre cuatro mil?».
Le respondieron:
«Siete». Él les dijo:
«¿Y no acabáis de comprender?».
PALABRA DEL SEÑOR
GLORIA A TI SEÑOR JESÚS
REFLEXIONANDO LA PALABRA
Dichoso el hombre que resiste la prueba
La carta de Santiago anima a los cristianos, nos anima
a todos, a no rendirnos ante las
diversas pruebas/tentaciones a las que nos vemos sometidos. Aclara que las
pruebas no proceden de Dios. “Dios no conoce la tentación”. De Dios sólo
procede todo lo bueno aunque, con frecuencia, no sepamos leerlo así. Entonces
¿de dónde procede todo el mal que nos arrastra y empuja? De forma clara
Santiago afirma: “Es nuestro deseo el que arrastra y seduce”.
Un buen motivo de reflexión para nosotros. ¿Cuáles son
mis deseos, todo eso que bulle en mi corazón? ¿Tiene su origen en Dios o, por
el contrario, es fruto de la oscuridad, de mi egoísmo?
Ante todo ello, siendo conscientes de lo que hay
dentro de cada uno, Santiago nos invita a resistir. A no olvidar que Dios nos
ha puesto en el mundo “para que seamos como la primicia de sus criaturas”. Un
sello de nuestra dignidad como personas. Desde esa seguridad, tendremos fuerza
para no desviarnos en nuestro camino de seguidores dignos de Jesús.
Tengan cuidado con la levadura de Herodes y de los
fariseos
La conversación de los discípulos se centra en la
falta de pan, suponemos que por un olvido. A Jesús no le pasa desapercibido el
tema de su conversación y aprovecha la circunstancia para hacerles caer en la
cuenta del riesgo que corren, no por el pan que han olvidado, sino por la
posibilidad de dejarse llevar por otras “levaduras”.
La levadura es un elemento imprescindible para que la
masa fermente. Es lo que aprovecha Jesús, valiéndose de este elemento para
recordarles las veces en que ha hecho el milagro de proporcionar pan allí donde
no lo había. Partiendo de ese punto su discurso toma otra dirección e invita a
los apóstoles a algo mucho más peligroso que la falta de pan. Desde ahí insta a
sus seguidores a huir de dos actitudes que percibe con frecuencia en aquella
sociedad. No tienen nada que ver la una con la otra. La levadura de los
fariseos equivale a vivir una vida donde el legalismo, la hipocresía, la piedad
desenfocada están presentes en muchos de estos hombres considerados piadosos.
La levadura de Herodes equivale a una sociedad donde
Dios está ausente y, por lo mismo, proliferan elementos destructivos donde para
conseguir un fin no se valoran los medios. No es raro que ahí crezcan la
mentira, la corrupción, la insolidaridad, el individualismo egoísta.
Esas “levaduras” no pueden hacer fermentar el “pan,”
ese pan que es el mismo Jesús y su mensaje. Contra esa levadura, tan cercana a
todos y en todos los tiempos, les/nos previene Jesús. Él nos insta a alejarnos
de esas dos actitudes que van contra el Reino de Dios que Él nos propone. Es la
levadura que podemos contemplar en nuestra sociedad y, ¡ojo! en nosotros
mismos: la levadura de la comodidad, de dejarnos llevar por los mensajes
publicitarios, del qué dirán, del
individualismo egoísta… Todo ese mundo oscuro y que va dejando a Dios en la
penumbra olvidando se amor y devolviéndole lo contrario de lo que Él espera de
cada uno. De esa levadura hemos de huir, si queremos sentirnos auténticos
seguidores suyos.
Recordemos hoy a una figura dominicana; al gran
predicador a través de la pintura que fue el Bto. Angélico. Su fiesta se celebra
este día.
José Alirio Lagarejo Palomeque
Sacerdote
Que Dios llene de paz tu casa y bendiga tu vida rica y
abundantemente ✍
Hechos
que son Noticias
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