Color:
BLANCO
13 de
mayo de 2020
(Nuestra
Señora de Fátima)
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 15, 1-6
En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los
hermanos que, si no se circuncidaban conforme al uso de Moisés, no podían
salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y
Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más de entre ellos subieran
a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre esta controversia.
Ellos, pues, enviados por la Iglesia provistos de lo necesario, atravesaron
Fenicia y Samaría, contando cómo se convertían los gentiles, con lo que
causaron gran alegría a todos los hermanos. Al llegar a Jerusalén, fueron
acogidos por la Iglesia, los apóstoles y los presbíteros; ellos contaron lo que
Dios había hecho con ellos.
Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, se
levantaron, diciendo:
«Es necesario circuncidarlos y ordenarles que guarden la ley de Moisés».
Los apóstoles y los presbíteros se reunieron a examinar el asunto.
PALABRA DE DIOS
TE ALABAMOS SEÑOR
Salmo
Sal 121, 1bc-2. 3-4b. 4c-5
R/. Vamos alegres a la casa del Señor
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestro pies
tus umbrales, Jerusalén. R/.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor. R/.
Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R/.
Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 1-8
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que
no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más
fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced
en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid,
así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en
él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no
permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen
y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que
deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis
discípulos míos».
PALABRA DEL SEÑOR
GLORIA A TI SEÑOR JESÚS
“Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque
tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan. Tú preparas ante mí una mesa frente a mis adversarios;
unges con óleo mi cabeza, rebosante está mi copa” (Sal 23)✍
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