22 de abril de 2020
REFLEXIONANDO LA PALABRA
El Evangelio de hoy en AUDIO
La lectura de los Hechos de hoy nos pone en una situación similar. Los primeros cristianos son encarcelados, pero una fuerza superior abrió las puertas que le impedían salir, y les permitió evangelizar en libertad: tenían que predicar su modo de vida. Y lo expresaban con alegría.
La lectura de los Hechos de hoy nos pone en una situación similar. Los primeros cristianos son encarcelados, pero una fuerza superior abrió las puertas que le impedían salir, y les permitió evangelizar en libertad: tenían que predicar su modo de vida. Y lo expresaban con alegría.
No podemos dejarnos vencer. Hemos vivido períodos de
opulencia, hoy nos ha azotado una grave pandemia, que se está llevando a muchos
de nuestros seres queridos, y por si fuera poco está generando una gran crisis
económica. Incluso las noticias han hablado de una selección de enfermos en
caso de colapso de las urgencias. ¿“La selección de los más fuertes” (Darwin)?
Algo que me causa tristeza. El sistema decide quien debe morir y quién vivir.
Me pregunto bajo qué criterios, y no llego a comprenderlo. Personalmente me
afecta, ya que he sobrevivido al cáncer; pero, si llegara a caer enfermo sería
un descartado. Sólo confío y me pongo en las manos de Dios, para que acepte la
vida y la muerte con serenidad. Y haciendo propio el responsorio del Salmo 23:
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
Pero de momento estoy sano y vivo, y estamos en la
Segunda Semana de Pascua, no hemos de olvidarlo. Si larga fue la cuaresma, más
acento de alegría hemos de poner para vivir esta situación de la mano de Cristo
resucitado. Con la alegría de los discípulos del resucitado. Predicando nuestro
modo de vida: la plena confianza en Dios, el Dios y dueño de la vida.
Para que el mundo se salve por Él
“Tanto amó Dios al mundo que entregó su Hijo único…
para que el mundo se salve por él”.
El Hijo de Dios, Jesucristo, es la expresión de amor
más cercana que podemos recibir de Dios. Sólo se requiere fe, aceptación de su
persona y su palabra, para acoger toda luz que proviene de Él.
Quizás, alguien piense que esta pandemia global que
estamos padeciendo sea un castigo de Dios. Este tipo de pensamiento surge por
una conciencia intranquila y temerosa. Con este tipo de pensamiento, sólo se
expresa una imagen negativa de lo que Dios es. Hemos de levantar la mirada más
allá de nuestros miedos, y abrir nuestra comprensión de una imagen nueva, y
sostenible en el tiempo, de un Dios lleno de amor para con nosotros.
Lo expresó con su Hijo, Jesucristo, invocando el
perdón amante en la cruz. Una entrega total, que nos permite mirar a Dios de
otra manera. Escuchando nuestros gritos mientras vivimos en la opresión,
liberándonos de cualquier esclavitud. Reconciliando nuestra vida con su vida.
Invitándonos a participar de la vida divina. Sólo nuestra libertad dará luz
verde para que tal acontecimiento suceda.
“Tanto amó Dios al mundo…” es una frase que nos ha de
hacer pensar en la bondad de Dios. Él es toda bondad, y quiere manifestarse en
nosotros trayéndola a nuestra existencia. Dios no quiere que suframos, Él en su
bondad, se solidariza en nuestra vida, viviendo y padeciendo nuestros
sufrimientos, para que sintamos cómo nos sostiene, y alcancemos la alegría en
el dolor.
Oremos por los que viven el desamor, por aquellos que
no comprenden la vida desde la alegría y la confianza en Dios. Para que
descubran en Jesucristo cómo nos ama Dios.
José Alirio Lagarejo Palomeque
Sacerdote
““La piedra que
desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha
hecho, ha sido un milagro patente. Este es el día en que actuó el Señor: sea
nuestra alegría y nuestro gozo” (Sal 117)✍
Hechos que son Noticias
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