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24 de abril de 2020
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 5, 34-42
En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley,
respetado por todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín, mandó que sacaran
fuera un momento a los apóstoles y dijo:
«Israelitas, pensad bien lo que vais a hacer con esos hombres.
Hace algún tiempo se levantó Teudas, dándoselas de hombre importante, y se le
juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, se dispersaron todos sus
secuaces y todo acabó en nada.
Más tarde, en los días del censo, surgió Judas el Galileo,
arrastrando detrás de sí gente del pueblo; también pereció, y se disgregaron
todos sus secuaces.
En el caso presente, os digo: no os metáis con esos hombres;
soltadlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se disolverá; pero,
si es cosa de Dios, no lograréis destruirlos, y os expondríais a luchar contra
Dios».
Le dieron la razón y, habiendo llamado a los apóstoles, los
azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús, y los soltaron. Ellos,
pues, salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el Nombre.
Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando la
buena noticia acerca del Mesías Jesús.
PALABRA DE DIOS
TE ALABAMOS SEÑOR
Salmo
Sal 26, 1. 4. 13-14
R/. Una cosa pido al Señor: habitar en su casa
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.
Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 1-15
En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de
Galilea, o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos
que hacía con los enfermos.
Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus
discípulos.
Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces
levantó los ojos y, al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe:
«¿Con qué compraremos panes para que coman estos?».
Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.
Felipe le contestó:
«Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque
un pedazo».
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:
«Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces;
pero ¿qué es eso para tantos?».
Jesús dijo:
«Decid a la gente que se siente en el suelo».
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; solo los hombres
eran unos cinco mil.
Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a
los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.
Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:
«Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda».
Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos de los
cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces,
al ver el signo que había hecho, decía:
«Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo».
Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se
retiró otra vez a la montaña él solo.
PALABRA DEL SEÑOR
GLORIA A TI SEÑOR JESÚS
El
Evangelio de hoy en AUDIO
“La
piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor
quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Este es el día en que actuó el
Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo” (Sal 117)✍
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Cristian
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