Color:
BLANCO
19
de mayo de 2020
El Evangelio de hoy en AUDIO
Celebraron una fiesta de familia por haber creído en
Dios
La oración colecta de este día nos coloca en la pista
de una celebración gozosa: “Exultar siempre al verse renovado y rejuvenecido en
el espíritu.” Es lo que se entiende vive el bautizado en las fiestas de Pascua.
Posiblemente sea necesario recuperar el sentido de la celebración personal y
comunitaria de la Pascua. Y al mismo
tiempo destacar la recuperación de la filiación personal. No en vano Jesús lo
resalta al decirle a María Magdalena en la mañana de Pascua: “ve y diles a mis
hermanos subo al Padre mío y Padre vuestro.”
Motín contra Pablo y Silas
No podemos dejar de prestar atención a las
consecuencias del anuncio del Evangelio. Acostumbrados como estamos a vivir
bien situados y cómodamente establecidos, como lo estaban aquellos de Filipos,
cuando Pablo y Silas anuncian la novedad del Evangelio realizando signos que
mostraban un nuevo estilo der ser, vivir y actuar. Todo ello desmonta sus
esquemas, por eso relata San Lucas que la gente de Filipos se ponen en contra
de ellos y lo hacen violentamente.
Se repite lo ocurrido con Jesús y señalado por Caifás:
“vendrán los romanos y destruirán el Lugar Santo”, es decir, su montaje cultual
en el templo, la pérdida del poder sobre la nación, su poder religioso y
político. Jesús era una amenaza para el sistema. En Filipos igual: el montaje
en torno a sus ganancias, así lo señala el versículo 19, se ve cuestionado y
eso es intolerable. Los magistrados
sentencian muy al gusto de la plebe y aplican castigo y cárcel a los dos.
Humanamente hablando el problema, a su juicio, estaba liquidado. Pero no es
así.
Frente a la brusca reacción de la gente, la serena
actitud de Pablo y Silas en la cárcel: oran y cantan alabando al Señor. Los
demás presos escuchaban sus cánticos. Lucas cuenta con detalle lo que ocurre:
terremoto, liberación de grilletes, puertas abiertas. El carcelero hace una
interpretación, razonable pero errada: los presos han escapado y saca su espada
para quitarse la vida. Frente a reacciones comunes la sorpresa que provoca la
llamada de atención de Pablo: “No te hagas daño alguno, que estamos todos
aquí.” El signo no es el terremoto, ni los cepos y puertas abiertas. El signo
es la permanencia de los encarcelados en su sitio. Dios es el que salva y
descansando en él se tornan en signo elocuente de la voluntad salvífica de
Dios.
Cambio de vida
A Pedro le preguntaron ¿qué tenemos que hacer? Pablo
escucha también la pregunta: “Señores ¿qué tengo que hacer para salvarme?” En
el caso de Pedro había mediado la predicación; en el caso de Pablo, un signo
provoca el cambio de actitud del carcelero. La respuesta es la misma: “Cree en
el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia.”
Explican la palabra del Señor y tiene lugar la conversión y bautismo de
toda la familia. A esto seguirá una comida festiva. Celebran una fiesta de
familia por haber creído en Dios. Esto es lo que es preciso recuperar. Ir más
allá de normas y preceptos para situarnos ante la Palabra que salva y celebrar
familiarmente este acontecimiento salvador. Parece resonar la comida festiva de
la parábola del hijo pródigo.
Las despedidas de Jesús
Tener presente que la razón de ser de la revelación de
Jesucristo no es otra que la regeneración del ser humano. Lo decimos en el
credo: “y por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo.” Y
es lo que Juan señala en este pasaje de las despedidas: “os conviene que yo me
vaya.” Frente a la tristeza que produce en los discípulos la marcha de Jesús,
con el consiguiente silencio. Silencio que denota miedo e inseguridad. Ninguno
pregunta. Pues bien, Jesús toma la iniciativa y da la razón de la conveniencia:
“porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito.” Por lo mismo, la
participación en la obra de la nueva creación, el venir a ser hombres nuevos,
no se producirá en nosotros si el Paráclito no es enviado. Esa es la actividad
del Espíritu. La conveniencia deviene en necesidad. Si el Espíritu no actúa en
nosotros, nada de lo ocurrido en la Pascua puede hacerse realidad en nosotros.
Para poder mirar la realidad humana y al mundo mismo
en forma nueva, la guía del Espíritu es necesaria. Jesús señala tres datos:
convicto de pecado, por no haber creído en él. Convicto de una justicia, porque
Dios ha glorificado al Hijo con la misma gloria que tenía junto a él antes de
la creación del mundo. De una condena, porque el príncipe de este mundo, ya
está condenado. Ello significa que el alcance de la misión y obra de Jesús va
siendo revelada hasta su plenitud por la presencia dinámica del espíritu Santo
en nosotros.
Y en tiempos de cambios o de situaciones desoladoras
como las que estamos viviendo, el Señor suscita personas que muestran toda la
acción renovadora del Espíritu. San Francisco Coll, en medio de una situación
complicada, cuando la vida conventual dominicana es eliminada por legislaciones
injustas, todo el ardor de la predicación se hace presente en el padre Coll.
Hay que evangelizar desde el reconocimiento de las necesidades del momento. La
urgencia de la educación, de la catequesis, del acompañamiento en tiempos de
crisis, es respondida mediante la fundación de las Hermanas Dominicas de la
Anunciata. Una evidencia más de cómo el Espíritu del Señor acompaña a quienes
le reciben y se entregan generosamente a la obra de la evangelización.
¿Qué respuesta estamos dando en estos momentos
difíciles para la humanidad?
¿Estamos a la escucha de Dios en cada ser humano y en
los cambios históricos de la humanidad?
JOSE ALIRIO LAGAREJO PALOMEQUE SACERDOTE
“Elévate
sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria”
(Sal 56)✍
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Hechos que son Noticias
Se
acerca el día de las madres, el 31 de mayo.
Es la Solemnidad de Pentecostés.
Estaré
realizando una novena de oraciones y misas por nuestras madres, del 23 al
31. De lunes a viernes, a las 6:30 P.M.
y el domingo, a las 10:00 A.M. Transmitida por Facebook.
Hemos
habilitado una página para que escribas el nombre de madres que quieres que
oremos. Hay que especificar si es viva o
difunta.
El
saludo va con la bendición incluida,
P.
Domingo Vásquez Morales
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