Color: BLANCO
6 de mayo de 2020
El Evangelio de hoy en AUDIO
REFLEXIONANDO LA PALABRA
Permitidme que hoy haga una referencia escasa a la primera lectura. Lo que
hemos vivido, y lo que estamos viviendo ahora, requiere centrar la mirada en el
Evangelio; y repetirnos una y otra vez la frase que Jesús nos regala hoy: YO HE
VENIDO AL MUNDO COMO LUZ.
El Covi-19 ha sido una pandemia que ha sacudido a todas las sociedades
hasta lo más profundo de sus entrañas. Mi pregunta es ¿Qué hemos aprendido de
ella?
Mientras vivimos el confinamiento para vencer esta pandemia, escribo estas
líneas de reflexión, preparando el material para lo que viviremos en las
semanas de Pascua.
La lectura de los Hechos de los Apóstoles nos habla de cómo se escogen de
entre los miembros de la comunidad a Bernabé y a Saulo y le imponen las manos
para que evangelicen a otros pueblos. Dos personajes del cristianismo primitivo
que darán luz a los cristianos perseguidos. Saulo, un converso que persiguió a
los cristianos es ahora un evangelizador. ¿Qué le sucedió?
Me quiero poner en su piel cuando lo describe los Hechos de los Apóstoles
como el más encarnecido de los perseguidores. Pero algo le hizo cambiar. Quiero
suponer que recibir órdenes de perseguir y matar a los cristianos tuvo que haber
hecho mella en su interior. No creo que nadie que persiga y mate viva tranquilo
con esa carga tan profunda. ¿Se cansó de matar? ¿Se cansó de ser un instrumento
del imperio para provocar dolor? ¿Cómo curó el dolor de su interior, y se
sintió perdonado?
Lo cierto es que su encuentro con Jesús le cambió la vida. La pregunta
“¿Por qué me persigues?”, que el mismo Pablo narra en su conversión, tuvo que
haber sido una voz llena de estruendo que removió toda su conciencia. El creía
vivir en la perfección, y toda ella se fue al traste con una sola pregunta. Sí,
a veces una sola pregunta conduce a nuestra vida al desastre. Una concatenación
de sucesos puede conducir nuestra vida perfecta hacia la catástrofe.
Pero no es la fatalidad lo que nos mueve a los cristianos. Es la alegría de
la fe en Cristo Jesús, resucitado de entre los muertos, los que mantiene
nuestra esperanza y nuestro coraje por vivir.
En este momento, puede resonar las palabras de Jesús, en el Evangelio de
Juan, que proclamamos hoy: YO HE VENIDO AL MUNDO COMO LUZ.
Aunque nos sacuda el cansancio por lo que ha supuesto el Covi-19, de
confinamiento, de miedo, de alarma, de enfermedades y muertes, de soledad, de
precariedad económica, de paro… hemos de sentarnos seriamente para comprender
qué luz he escogido para mi vida; no sólo en esta situación de pandemia, sino
en mi proceder diario. ¿Qué luz ilumina mis pasos?
Cristo es y puede ser una nueva propuesta de vida. Puedes empezar a caminar
con una nueva visión de sus palabras y hacer tuyo el Salmo 66: “El Señor, tenga
piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros”. Porque Cristo vino a ser luz para el mundo.
Vino a disipar las tinieblas, aquellas en las que nos envuelve el mundo con su
trampas e indiferencias.
Quiero orar contigo hoy, por todos cuantos necesitan de nuestra confianza,
nuestra ayuda y solidaridad para encontrar trabajo, para superar las
enfermedades, para consolarse en el luto y en la soledad.
JOSÉ ALIRIO LAGAREJO PALOMEQUE SACERDOTE
““La piedra que
desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha
hecho, ha sido un milagro patente. Este es el día en que actuó el Señor: sea
nuestra alegría y nuestro gozo” (Sal 117)✍
Hechos que son Noticias
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