Viernes de la IV Semana de Pascua
Color: BLANCO
El Evangelio de hoy en AUDIO
REFLEXIONANDO LA PALABRA
Pablo, en la sinagoga de Antioquía, se dirige a sus hermanos judíos. Les
recuerda un hecho negativo y otro positivo. El hecho negativo es que “los
habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús…aunque no
encontraron nada que mereciera la muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara
ejecutar”. Así fue, lograron crucificar a Jesús, el que de parte de Dios gastó
su vida en proclamar un mensaje de amor, de perdón, el que había curado a
cuantos enfermos se le acercaron, el que había tendido su mano a todos,
principalmente a los pobres, a los descartados por la sociedad, el que aseguraba
que Dios es un Buen Padre, que perdona al hijo menor, al hijo mayor y a todos
los pecadores… ¿Qué mal hizo Jesús?
Les recuerda también una estupenda noticia: Dios ha resucitado a su Hijo
Jesús y se apareció a sus allegados.
Este Jesús cumple su promesa de resucitarnos a todos sus seguidores a una vida
de total felicidad, aquella para la que Dios nos ha creado.
Yo soy el camino, la verdad y la
vida
Jesús quiere preparar a sus discípulos para cuando no esté con ellos en la
tierra. Nosotros, cristianos del siglo XXI que conocemos toda la historia de
Jesús, al oír este pasaje evangélico sabemos que les quiere animar
insinuándoles que también ellos van a ir después de su muerte a “la casa de mi
Padre donde hay muchas estancias”, que también ellos van a resucitar. Parece
que los apóstoles no entienden del todo sus palabras. Y Jesús les tiene que
aclarar que él es el único camino, el camino verdadero que conduce a la vida, a
la resurrección, Y que es también el verdadero camino, en nuestra estancia
terrena, que nos lleva a vivir ya aquí la vida con sentido, con alegría con
esperanza. ¿Hemos experimentado que su camino, su verdad, llenan nuestro
corazón de vida y vida en abundancia? ¿Hemos experimentado que si caminamos por
otra senda que la que él nos indica, nos alejamos de nuestra felicidad, y
empezamos a “pasar necesidad”, como el hijo pródigo? Pidamos a Jesús un día más
que le hagamos caso, que caminemos por su mismo camino para poder desemboscar,
igual que él, en la resurrección a una vida de total felicidad.
JOSÉ ALIRIO LAGAREJO PALOMEQUE SACERDOTE
“La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo” (Sal 117)✍
Hechos que son Noticias
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