Color:
VERDE/ROJO
(San
Cirilo de Alejandría. Nuestra Señora del Perpetuo Socorro)
26
de junio de 2020
Primera lectura
Lectura de las Lamentaciones (2,2.10-14.18-19):
El Señor destruyó sin compasión todas las moradas de
Jacob, con su indignación demolió las plazas fuertes de Judá; derribó por
tierra, deshonrados, al rey y a los príncipes. Los ancianos de Sión se sientan
en el suelo silenciosos, se echan polvo en la cabeza y se visten de sayal; las
doncellas de Jerusalén humillan hasta el suelo la cabeza. Se consumen en
lágrimas mis ojos, de amargura mis entrañas; se derrama por tierra mi hiel, por
la ruina de la capital de mi pueblo; muchachos y niños de pecho desfallecen por
las calles de la ciudad. Preguntaban a sus madres: «¿Dónde hay pan y vino?»,
mientras desfallecían, como los heridos, por las calles de la ciudad, mientras
expiraban en brazos de sus madres.
¿Quién se te iguala, quién se te asemeja, ciudad de
Jerusalén? ¿A quién te compararé, para consolarte, Sión, la doncella? Inmensa
como el mar es tu desgracia: ¿quién podrá curarte? Tus profetas te ofrecían
visiones falsas y engañosas; y no te denunciaban tus culpas para cambiar tu
suerte, sino que te anunciaban visiones falsas y seductoras.
Grita con toda el alma al Señor, laméntate, Sión;
derrama torrentes de lágrimas, de día y de noche; no te concedas reposo, no
descansen tus ojos. Levántate y grita de noche, al relevo de la guardia;
derrama como agua tu corazón en presencia del Señor; levanta hacia él las manos
por la vida de tus niños, desfallecidos de hambre en las encrucijadas.
Palabra de Dios
Sal 73
R/. No olvides sin remedio la vida de tus pobres
¿Por qué, oh Dios, nos tienes siempre abandonados,
y está ardiendo tu cólera contra las ovejas de tu
rebaño?
Acuérdate de la comunidad que adquiriste desde
antiguo,
de la tribu que rescataste para posesión tuya,
del monte Sión donde pusiste tu morada. R/.
Dirige tus pasos a estas ruinas sin remedio;
el enemigo ha arrasado del todo el santuario.
Rugían los agresores en medio de tu asamblea,
levantaron sus propios estandartes. R/.
En la entrada superior
abatieron a hachazos el entramado;
después, con martillos y mazas,
destrozaron todas las esculturas.
Prendieron fuego a tu santuario,
derribaron y profanaron la morada de tu nombre. R/.
Piensa en tu alianza: que los rincones del país
están llenos de violencias.
Que el humilde no se marche defraudado,
que pobres y afligidos alaben tu nombre. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (8,5-17):
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un
centurión se le acercó rogándole: «Señor, tengo en casa un criado que está en
cama paralítico y sufre mucho.»
Jesús le contestó: «Voy yo a curarlo.»
Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy quién para
que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará
sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y
le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi
criado: "Haz esto", y lo hace.»
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le
seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo
que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y
Jacob en el reino de los cielos; en cambio, a los ciudadanos del reino los
echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»
Y al centurión le dijo: «Vuelve a casa, que se cumpla
lo que has creído.» Y en aquel momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, encontró a la suegra
en cama con fiebre; la cogió de la mano, y se le pasó la fiebre; se levantó y
se puso a servirles. Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él, con su
palabra, expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos. Así se cumplió lo
que dijo el profeta Isaías: «Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras
enfermedades.»
Palabra del Señor
“Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la
sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío, Dios mío,
confío en ti” (Sal 90)✍️
No hay comentarios.:
Publicar un comentario