miércoles, 1 de julio de 2020

La Palabra de Dios hoy




Color: VERDE

1 de julio de 2020


Primera lectura
Lectura de la profecía de Amós (5,14-15.21-24):

Buscad el bien y no el mal, y viviréis, y así estará con vosotros el Señor Dios de los ejércitos, como deseáis. Odiad el mal, amad el bien, defended la justicia en el tribunal. Quizá se apiade el Señor, Dios de los ejércitos, del resto de José. «Detesto y rehúso vuestras fiestas –oráculo del Señor–, no quiero oler vuestras ofrendas. Aunque me ofrezcáis holocaustos y dones, no me agradarán; no aceptaré los terneros cebados que sacrificáis en acción de gracias. Retirad de mi presencia el estruendo del canto, no quiero escuchar el son de la cítara; fluya como el agua el juicio, la justicia como arroyo perenne.»

Palabra de Dios

Sal 49

R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios

«Escucha, pueblo mío, que voy a hablarte;
Israel, voy a dar testimonio contra ti;
"yo, Dios, tu Dios".» R/.

«No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños.» R/.

«Pues las fieras de la selva son mías,
y hay miles de bestias en mis montes;
conozco todos los pájaros del cielo,
tengo a mano cuanto se agita en los campos.» R/.

«Si tuviera hambre, no te lo diría:
pues el orbe y cuanto lo llena es mío.
¿Comeré yo carne de toros,
beberé sangre de cabritos?» R/.

«¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?» R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (8,28-34):

En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos. Desde el cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
Y le dijeron a gritos: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?»
Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando. Los demonios le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara.»
Jesús les dijo: «Id.»
Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.

Palabra de Dios


REFLEXIONANDO LA PALABRA

“Una misión con poco éxito” (Mt 8, 28-34)

El evangelio de hoy narra la curación por Jesús de 2 endemoniados en tierra de paganos. Eran locos tan furiosos, que nadie se atrevía a transitar por aquel camino, anota el evangelista Mateo, que localiza el relato en la región de Gadara, ciudad costera al sudeste del mar de Galilea.  El término “endemoniados” no significa necesariamente posesión diabólica.  Puede referirse a enfermos mentales: esquizofrénicos, epilépticos, etc., pues así explicaban los judíos los trastornos psíquicos.  Jesús se acomodó a esa creencia popular.

El relato de Mateo sigue al de Marcos (5, 1), pero con diferencias notables.  Dentro de un estilo mucho más sobrio y menos imaginativo, difiere en puntos como éstos: En primer lugar, Mateo habla de 2 individuos, en vez del único que reseña Marcos con más verosimilitud.

Los duplicados es una táctica de Mateo; por ejemplo, los 2 ciegos de Jericó (20,30) y los 2 ciegos de Betsaida (9, 27).  Según su mentalidad, la más judía de los evangelistas, se atiene de esta manera a la norma mosaica de 2 testigos para acontecimientos más importantes.

En segundo lugar, Mateo suprime la insistencia de Marcos en muchos detalles accesorios y folclóricos respecto del estilo de vida de los 2 locos furiosos.  Y en tercer lugar, la diferencia más notable de Mateo se halla en no mención del deseo de seguir a Jesús por parte de los curados y de la misión propagandista que, según Marcos, confía Cristo al enfermo restituido a su sano juicio.

El resultado global de esta misión de Jesús en tierra de paganos es negativa para él.  La gente, al ver ahogada en el lago la piara de los cerdos en que, con permiso de Jesús, se metieron los demonios expulsados de los posesos, le pidió que se marchara de su país.  Cristo es rechazado también por los gentiles, lo mismo que por los judíos.  Y Jesús, que acaba de mostrarse inflexible con el mal, accede al deseo de los gadarenos, porque el evangelio no es imposición, sino invitación.

Bendecimos tu nombre, Dios de nuestra liberación,
porque Cristo es más fuerte que el mal
y venció la legión de demonios que quieren avasallarnos:
egoísmo y soberbia, mediocridad e intolerancia,
malquerer y ruindad, sensualidad y ambición.

Rompe, Señor, nuestros cepos y cadenas,
y libera a los que son víctimas del pecado propio y ajeno.
Cúranos de todas las alienaciones y esclavitudes
que nos impiden realizarnos como personas y cristianos.
Ayúdanos, Padre, a vivir como hijos tuyos,
libres y guiados por el Espíritu en el amor a los hermanos.  Amén.

“Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti” (Sal 90)




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