viernes, 31 de mayo de 2019

Sábado, VI Semana de Pascua

LA PALABRA CADA DÍA

Sábado, VI Semana de Pascua
(San Justino)
Color: ROJO
1 de junio de 2019

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (18,23-28):

Pasado algún tiempo en Antioquía, Pablo marchó y recorrió sucesivamente Galacia y Frigia, animando a los discípulos.
Llegó a Éfeso un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, hombre elocuente y muy versado en las Escrituras. Lo habían instruido en el camino del Señor y exponía con entusiasmo y exactitud lo referente a Jesús, aunque no conocía más que el bautismo de Juan.
Apolo, pues, se puso a hablar públicamente en la sinagoga. Cuando lo oyeron Priscila y Áquila, lo tomaron por su cuenta y le explicaron con más detalle el camino de Dios. Decidió pasar a Acaya, y los hermanos lo animaron y escribieron a los discípulos de allí que lo recibieran bien. Una vez llegado, con la ayuda de la gracia, contribuyó mucho al provecho de los creyentes, pues rebatía vigorosamente en público a los judíos, demostrando con la Escritura que Jesús es el Mesías.

Palabra de Dios
Te Alabamos Señor

Salmo
Sal 46,2-18-9.10

R/. Dios es el rey del mundo

Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor altísimo es terrible,
emperador de toda la tierra. R/.

Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sagrado. R/.

Los príncipes de los gentiles se reúnen
con el pueblo del Dios de Abrahán; porque de Dios son los grandes de la tierra, y él es excelso. R/.


Lectura del santo evangelio según san Juan (16,23b-28):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará.
Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre claramente.
Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios.
Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre».

Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús

REFLEXIONANDO LA PALABRA

Jesús nos enseña hoy en el evangelio cómo debemos orar para que nuestras palabras alcancen el corazón del Padre del cielo. Es verdad que cuando rezamos, solemos sufrir muchas distracciones, ¡llevamos tantas cosas en la cabeza! Y a veces llegamos a pensar que no vale la pena rezar así, porque nuestra mente no se centra en las palabras que decimos. Pero la verdad es que la oración que hacemos en el nombre de Jesús, siempre llega al corazón del Padre y obtiene su fruto, tal vez no exactamente lo que nosotros querríamos. Pero nadie sale con las manos vacías de la presencia de Dios nuestro Padre.

Jesús quiere además que experimentemos alegría en la oración y nos dice: “pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa”. Es la alegría que brota del corazón que se ha abierto con toda confianza ante la bondad infinita del Señor.  Y aunque a veces la tristeza o la angustia o la enfermedad llene nuestra alma,  estando frente al sol siempre experimentaremos calor, es calorcito íntimo que nos da la seguridad de que alguien nos escucha y está a nuestro lado.

He aquí una historia sorprendente que demuestra que también en la enfermedad incurable se puede vivir, no sólo con resignación, sino con alegría.

La sierva de Dios María Florencia Domínguez Netto (por sobrenombre Piché) nació en Asunción, Paraguay,  el 27 de octubre de 1917. Desde los primeros años de su infancia vivió en Encarnación donde sus padres pusieron su domicilio.

A los cinco años de edad comenzó su enfermedad de parálisis, que ya no la dejaría en toda su vida. La parálisis fue inmovilizando los miembros de su cuerpo y a los nueve años se vio obligada a vivir postrada en cama, de la que ya no salió hasta su muerte, acaecida el 17 de noviembre de 1982. Total 56 años postrada en la cama.

Ella, bajo la luz del Espíritu Santo, penetró en el misterio de la cruz y aprendió a ver en el dolor un favor del Señor y una muestra de su predilección, por eso, cuando más arreciaba el dolor, que según los médicos que la atendieron, tenía que ser muy fuerte, ella solía repetir:

- “Son caricias de mi buen Jesús”.

Adquirió el difícil arte de hacer de la renuncia y el dolor, una fuente de amor y un camino de santidad. Era su medio de apostolado, acercaba a Dios a cuantos la visitaban.

Al cumplir los cincuenta años hizo imprimir un recordatorio: “En recuerdo y eterna gratitud al Señor porque me ha elegido para servirle durante 50 años  desde esta cama a través de la enfermedad”. Y ponía la fecha: 6 diciembre 1925 a 1975 y debajo la frase: “Sea mil veces bendito el sufrimiento que me ha acercado a Dios”.

Es admirable el gesto heroico de Maria Florencia  aceptando la enfermedad,  y admirable también el amor de los familiares que la cuidaron a lo largo de tantos años.

Fraternalmente tu hermano en la Fe Jose Alirio Lagarejo Palomeque

"Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia" (Jn 10,10).✍

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