Color: MORADO/ROJO
10 de diciembre de 2019
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (40,1-11):
«CONSOLAD, consolad a mi pueblo
—dice vuestro Dios—;
hablad al corazón de Jerusalén,
gritadle,
que se ha cumplido su servicio,
y está pagado su crimen,
pues de la mano del Señor ha recibido
doble paga por sus pecados».
Una voz grita:
«En el desierto preparadle
un camino al Señor;
allanad en la estepa
una calzada para nuestro Dios;
que los valles se levanten,
que montes y colinas se abajen,
que lo torcido se enderece
y lo escabroso se iguale.
Se revelará la gloria del Señor,
y verán todos juntos
—ha hablado la boca del Señor—».
Dice una voz: «Grita».
Respondo: «¿Qué debo gritar?».
«Toda carne es hierba
y su belleza como flor campestre:
se agosta la hierba, se marchita la flor,
cuando el aliento del Señor
sopla sobre ellos;
sí, la hierba es el pueblo;
se agosta la hierba, se marchita la flor,
pero la palabra de nuestro Dios
permanece por siempre».
Súbete a un monte elevado,
heraldo de Sión;
alza fuerte la voz,
heraldo de Jerusalén;
álzala, no temas,
di a las ciudades de Judá:
«Aquí está vuestro Dios.
Mirad, el Señor Dios llega con poder
y con su brazo manda.
Mirad, viene con él su salario
y su recompensa lo precede.
Como un pastor que apacienta el rebaño,
reúne con su brazo los corderos
y los lleva sobre el pecho;
cuida él mismo a las ovejas que crían».
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Salmo
Sal 95,1-2.3.10ac.11-12.13-14
R/. Aquí está nuestro Dios, que llega con poder.
V/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria. R/.
V/. Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a los pueblos rectamente». R/.
V/. Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque. R/.
V/. Delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo
(18,12-14):
«¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien
ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en
busca de la perdida? Y si la encuentra, en verdad os digo que se alegra más por
ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.
Igualmente, no es voluntad de vuestro Padre que está
en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños».
Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús
REFLEXIONANDO LA PALABRA
El profeta Isaías hoy, como ayer, nos envía a preparar
los caminos del Señor que se acerca, y lo hace a través del anuncio de la
ternura de Dios: “Consuelen a mi pueblo”, “grítenle que está perdonado su
pecado”.
En medio de una historia muy triste para el pueblo de
Israel, tanto política como religiosa, resuena un anuncio de esperanza,
describiendo con fuerza literaria los caminos que a través del desierto van a
conducir al pueblo de vuelta a Jerusalén.
El anuncio es consolador: Dios llega con poder,
perdona a su pueblo sus pecados anteriores, y quiere reunir a todos los
dispersos como el pastor a sus ovejas. Es un retrato poético que muestra a Dios
como Pastor que tiene entrañas de misericordia. No quiere que permanezcan más
tiempo en el dolor y la aflicción.
Los hijos de Israel ya han pagado doblemente por sus
infidelidades, y sobreviene la paz. La actitud de Dios para con sus hijos no es
la de hacerlos sufrir, sino la de despertarlos de las injusticias y ayudarlos a
superarlas.
El Señor puede hacer que los desiertos de vida se
conviertan en un vergel y que toda vida produzca abundantes frutos de
salvación. Él sólo espera que, reconociendo nuestros pecados, y arrepentidos,
escuchemos su voz que nos llama para que vayamos a Él y seamos perdonados.
En consonancia con la imagen del pastor de la primera
lectura, en el Evangelio de San Mateo, Cristo nos habla de un Pastor que no
sólo nos sostiene y nos carga, sino que busca a la oveja que se perdió.
La parábola muestra la alegría que siente el pastor
cuando la encuentra. La parábola es manifestación de la voluntad del Padre que
ha querido “que no se pierda ni uno de esos pequeños” a los que simboliza la
oveja extraviada.
En Él se realizan las viejas profecías: el consuelo de
Jerusalén, el regreso de los deportados por la vía recta en el desierto, el
premio por la paciencia y la esperanza, en los brazos amorosos del buen pastor.
El Señor vino a salvar a los que estaban perdidos.
A pesar de haber aceptado y hecho nuestra la salvación
que Dios nos ofrece por medio de Jesús, continuamos siendo frágiles y expuestos
a un sinnúmero de tentaciones, que muchas veces nos desvían del camino. Dios,
por medio de su Hijo, ha salido a buscar a sus ovejas, que se descarriaron y al
encontrarlas las ha cargado, con amor entrañable sobre sus hombros.
Adviento es el tiempo de la esperanza en el que
caminamos al encuentro del Pastor que ha venido a Belén, para poder amarnos con
un corazón como el nuestro; hay que saber esperar con la seguridad de que
siempre estamos siendo buscados, por un Pastor, que se va a alegrar cuando nos
encuentre.
Adviento es el tiempo de la esperanza en el que la
Iglesia está llamada a acercarse a todos, sin excepción, con el amor
misericordioso de Dios que nos llama para conducirnos, a pesar de nuestros
pecados, a la casa del Padre, no a golpes, sino cargándonos sobre los propios
hombros.
Como Iglesia estamos llamados a convertirnos en fuente
de perdón, de paz y de amor, al estilo de Jesús, dando a todos y a cada uno, la
certeza de ser buscado, es decir, amado, comprendido y defendido.
El Señor quiere continuar haciéndose cercanía para el
hombre pecador, para salvarlo. Como sus discípulos, Jesús nos pide salir hoy al
encuentro del que sufre, del que está solo o enfermo, de quien no encuentra a
Dios o ha perdido la esperanza de vivir.
José Alirio Lagarejo Palomeque
Sacerdote
Yo he venido para que tengan vida y vida en
abundancia" (Jn 10,10)✍
Hechos
que son Noticias
No hay comentarios.:
Publicar un comentario