Color: VERDE/BLANCO
18 de enero de 2020
LITURGIA
DE HOY SÁBADO 18 DE ENERO DE 2020
Primera
lectura
Lectura
del primer libro de Samuel 9, 1-4. 17-19; 10, 1a
Había un
hombre de Benjamín, de nombre Quis, hijo de Abiel, hijo de Seror, hijo de
Becorat, hijo de Afij, hijo de un benjaminita. Era un hombre de buena posición.
Tenía un
hijo llamado Saúl, fornido y apuesto. No había entre los hijos de Israel nadie
mejor que él. De hombros para arriba, sobrepasaba a todo el pueblo.
Las
borricas de Quis, padre de Saúl, se habían extraviado; por ello ordenó a su
hijo:
«Toma
contigo a uno de los criados, ponte en camino y vete a buscar las borricas».
Atravesaron
la montaña de Efraín y recorrieron la comarca de Salisá, sin encontrarlas.
Atravesaron la comarca de Saalín y el territorio benjaminita, pero no dieron
con ellas.
En cuanto
Samuel vio a Saúl, el Señor le advirtió:
«Ese es
el hombre de quien te hablé. Ese gobernará a mi pueblo».
Saúl se
acercó a Samuel en medio de la puerta, y le dijo:
«Haz el
favor de indicarme dónde está la casa del vidente».
Samuel
respondió:
«Yo soy
el vidente. Sube delante de mí al altozano y comeréis hoy conmigo. Mañana te
dejaré marchar y te aclararé cuanto te preocupa».
Tomó
entonces Samuel el frasco de óleo, lo derramó sobre su cabeza y le besó,
diciendo:
«El Señor
te unge como jefe sobre su heredad. Tú regirás al pueblo del Señor y lo
librarás de la mano de los enemigos que lo rodean».
PALABRA
DE DIOS
TE
ALABAMOS SEÑOR
Salmo
Sal 20,
2-3. 4-5. 6-7
R/. Señor, el rey se alegra por tu fuerza
Señor, el
rey se alegra por tu fuerza,
¡y cuánto
goza con tu victoria!
Le has
concedido el deseo de su corazón,
no le has
negado lo que pedían sus labios. R/.
Te
adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has
puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió
vida, y se la has concedido,
años que
se prolongan sin término. R/.
Tu
victoria ha engrandecido su fama,
lo has
vestido de honor y majestad.
Le
concedes bendiciones incesantes,
lo colmas
de gozo en tu presencia» R/.
Lectura
del santo evangelio según san Marcos 2, 13-17
En aquel
tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él y
les enseñaba.
Al pasar
vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dice:
«Sígueme».
Se
levantó y lo siguió.
Sucedió
que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y
pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que lo
seguían.
Los
escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a
sus discípulos:
«¿Por qué
come con publicanos y pecadores?»
Jesús lo
oyó y les dijo:
«No
necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos,
sino a pecadores».
PALABRA
DEL SEÑOR
GLORIA A
TI SEÑOR JESÚS
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 18 DE ENERO DE 2020
"El Señor sale a tu encuentro"
El joven Saúl sale a los caminos a cumplir un encargo
de su padre, algo cotidiano como es buscar unos animales extraviados. No podía
imaginar el destino que le esperaba… En su búsqueda se encontrará con el
Profeta Samuel que, en cierto modo, le estaba esperando. Dios le dirá a Samuel
que ese joven que se acerca a su puerta es el elegido para ser el primer Rey de
Israel. Samuel le dará la noticia y le ungirá con aceite tal y como manda el
Señor. A partir de ese momento la vida de Saúl cambiará radicalmente: de ser un
joven de buena familia dedicado al trabajo agrícola pasa a ser rey.
¿Te das cuenta de cómo Dios sale a nuestro encuentro?
De manera natural, sirviéndose de las cosas más cotidianas, viene a buscarnos y
a indicarnos el camino que debemos seguir. Muchas veces, en nuestra vida, el
Señor toca en nuestra puerta y no nos damos cuenta, pero Él está ahí,
pidiéndonos algo o simplemente mostrando el camino a seguir. Debemos estar
atentos y saber escuchar porque, hasta en las cosas más pequeñas, está su voz.
"Ven. Y le siguió"
Hermoso pasaje en el que vemos a Jesús llamar a Levi,
despertar su vocación. Un funcionario que lo deja todo y sigue al Maestro sin
preguntar: “Sígueme. Se levantó y lo siguió”, sin más. Y acto seguido va a
comer a su casa, comparte mesa con publicanos y pecadores. Los fariseos se
escandalizan ¿Cómo el que se dice maestro se junta con esa gente? ¿Cómo el que
dice hablar en nombre de Dios comparte mesa y mantel con gente impura? Jesús no
tarda en contestarles con unas palabras que, hoy, nos llenan de esperanza: “No
necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos,
sino a pecadores” Rotundas palabras que resumen su misión en la tierra: la
Redención de todos nosotros.
Hoy, nosotros, tenemos muy fácil hacer apostolado
entre nuestros semejantes. Pero Dios nos pide más: nos llama a las fronteras, a
los límites de lo que la sociedad considera aceptable. Debemos fijar nuestra
atención en quien verdaderamente lo necesita, imitar a Jesús e ir en busca de
los excluidos, los marginados, los olvidados. Debemos ser como Levi, rápidos en
nuestra respuesta a la llamada de Dios. Y no debemos tener miedo de que nos
juzguen por frecuentar lo que algunos llaman “malas compañías” porque
precisamente ahí es donde más falta hace la presencia del Evangelio.
El Señor nos llama, debemos estar dispuestos a
seguirle con presteza y, a imitación de Cristo, atender a quienes lo necesitan
y, por desgracia, en nuestros días son muchos: refugiados, parados,
toxicómanos, mayores que viven solos, jóvenes que no encuentran el camino… Con
la fuerza de los Sacramentos y de la oración debemos atender a la llamada de
Dios.
JOSÉ ALIRIO LAGAREJO PALOMEQUE
SACERDOTE
Que Dios llene de paz tu casa y bendiga tu vida✍
Hechos
que son Noticias
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