Color: AZUL/BLANCO
25 de marzo de 2020
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 7, 10-14; 8, 10b
En aquellos días, el Señor habló a Acaz y le dijo:
«Pide una signo al Señor, tu Dios: en lo hondo del
abismo o en lo alto del cielo».
Respondió Acaz:
«No lo pido, no quiero tentar al Señor».
Entonces dijo Isaías:
«Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los
hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará
un signo. Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por
nombre Emmanuel, porque con nosotros está Dios».
PALABRA DE DIOS
TE ALABAMOS SEÑOR
Salmo
Sal 39, 7-8a. 8b-9. 10. 11
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios,
entonces yo digo: «Aquí estoy». R/.
«-Como está escrito en mi libro-
para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas.
R/.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios, Señor, tú lo sabes. R/.
No me he guardado en el pecho tu justicia,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos 10, 4-10
Hermanos:
Es imposible que la sangre de los toros y de los
machos cabríos quite los pecados.
Por eso, cuando Cristo entró en el mundo dice:
«Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas,
pero me formaste un cuerpo;
no aceptaste holocaustos
ni víctimas expiatorias.
Entonces yo dije: He aquí que vengo
-pues está escrito en el comienzo del libro acerca de
mi-
para hacer, ¡oh, Dios!, tu voluntad».
Primero dice: «Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas,
ni holocaustos, ni víctimas expiatorias», que se ofrecen según la ley.
Después añade: «He aquí que vengo para hacer tu
voluntad».
Niega lo primero, para afirmar lo segundo.
Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados
por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.
PALABRA DE DIOS
TE ALABAMOS SEÑOR
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios
a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre
llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se
preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante
Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre
Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el
trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su
reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del
Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado
Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya
está de seis meses la que llamaban estéril, porque “para Dios nada hay
imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu
palabra».
Y el ángel se retiró.
PALABRA DEL SEÑOR
GLORIA A TI SEÑOR JESÚS
El Señor me escuchó y tuvo compasión de mí. El Señor se ha hecho mi auxilio (Sal 29,11) ✍
Hechos que son Noticias
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