Color: BLANCO
Miércoles, 21 de agosto de 2019
Primera lectura
Lectura del libro de los Jueces (9,6-15):
En aquellos días, los de Siquén y todos los de El Terraplén se reunieron para proclamar rey a Abimelec, junto a la encina de Siquén.
En cuanto se enteró Yotán, fue y, en pie sobre la cumbre del monte Garizín, les gritó a voz en cuello: «¡Oídme, vecinos de Siquén, así Dios os escuche! Una vez fueron los árboles a elegirse rey, y dijeron al olivo: "Sé nuestro rey." Pero dijo el olivo: "¿Y voy a dejar mi aceite, con el que engordan dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles?" Entonces dijeron a la higuera: "Ven a ser nuestro rey." Pero dijo la higuera: ¿Y voy a dejar mi dulce fruto sabroso, para ir a mecerme sobre los árboles?" Entonces dijeron a la vid: "Ven a ser nuestro rey." Pero dijo la vid: "¿Y voy a dejar mi mosto, que alegra a dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles?" Entonces dijeron a la zarza: "Ven a ser nuestro rey." Y les dijo la zarza: "Si de veras queréis ungirme rey vuestro, venid a cobijaros bajo mi sombra; y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano."»
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Salmo
Sal 20,2-3.4-5.6-7
R/. Señor, el rey se alegra por tu fuerza
Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
¡y cuánto goza con tu victoria! Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios. R/.
Te adelantaste a bendecirlo con el éxito, y has puesto en su cabeza una corona de oro fino. Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término. R/.
Le concedes bendiciones incesantes, lo colmas de gozo en tu presencia. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (20,1-16a):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña." Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno. Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.»
Palabra del Señor
Gloria a ti señor Jesús
REFLEXIONANDO LA PALABRA
El Señor nos relata esta parábola tan bonita de aquel hombre que sale a buscar trabajadores para la viña, a distintas horas y a todos los llama por igual.
Lo curioso, lo notable de esta Parábola es que, no solo que llama a todos, llama a distintas horas, les da la misma oportunidad a todos de trabajar, sino que además les da a todos la misma paga, a todos les paga por igua.
Cuenta la sorpresa de aquellos que habían trabajado más, el dueño de la mies les entrega a sus trabajadores exactamente lo mismo, a todos.
Así es el Señor con nosotros, a todos nos llama, tal vez a algunos en la primera hora en el primer momento de nuestra vida; a otros más adelante, a otros en plena juventud, a otros ya en la adultez. Lo importantes es todos recibiremos la misma paga, la paga del reino de los cielos, la paga de gozar junto a Él de la vida eterna, de esa vida que Él nos ha prometido y nos entregará cuando partamos al encuentro con El.
Por eso sería interesante, en este día, te propongo, que te preguntes ¿Cuál ha sido el momento de tu vida el Señor te ha llamado? ¿A dónde estabas? ¿Qué estabas haciendo? ¿Cómo te encontró? El que te llamo. ¿Cuál ha sido tu respuesta? ¿Si has sabido aceptar la invitación a trabajar en su Reino? ¿Si has aceptado su propuesta? O si todavía no has terminas de aceptarla.
Que el Señor te de la gracia de encontrar en Él el premio y la alegría de todo tu esfuerzo, de todo tu trabajo. Aceptar también a tus hermanos que son obreros en tu misma miel, en la misma miel Señor y con ellos trabajar juntos en comunión, construyendo el reino.
Fraternalmente tu hermano en la fe José Alirio Lagarejo Palomeque
"Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia" (Jn 10,10)✍
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