Julián de Anazarbo |
Color morado
16
de marzo de 2020
Monición de entrada:
Hermanos y hermanas,
estamos reunidos en este día, lunes de la tercera semana de Cuaresma, los
cristianos hemos sido ungidos por el Espíritu en el bautismo y en la
confirmación para testimoniar y secundar la misión liberadora de Cristo. No dejemos apagar el Espíritu de Jesús en
nuestra comunidad.
Monición primera lectura
(2 Re 5, 1-5a)
La última frase de la
primera lectura de hoy, tomada del segundo libro de los Reyes, sale de la boca
de Naamán, después de haber sido curado “ahora reconozco que no hay en toda
la tierra otro Dios que el de Israel” a nosotros en este texto se nos
invita a reconocer la grandeza de Dios, no por los milagros que veamos, sino
por el convencimiento de que el Señor está con nosotros, aún en medio de las
enfermedades y dificultades que experimentamos a diario, ese es el verdadero
milagro. Escuchemos con atención.
Salmo Responsorial: Sal
41, 2-3; 42, 3-4
Mi alma tiene sed del
Dios vivo: ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Monición al Santo
Evangelio (Lc 4, 24-30)
Jesús en el Evangelio
de hoy lanza un duro mensaje a sus oyentes “ningún profeta es bien mirado en
su tierra” el paso de Dios en nuestra vida se realiza, justamente por medio
de sus discípulos y misioneros, los cuales nos transmiten el mensaje de
liberación, sanación y perdón, que nosotros seamos aquellos que reciben a Dios
en el mensaje de la iglesia y de sus misioneros. Nos ponemos de pie para
escuchar la proclamación del Santo Evangelio.
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