11 de abril de 2020
Color: BLANCO
SAGRADO TRIDUO PASCUAL
REFLEXIONANDO LA PALABRA
Vale la pena que nos dejemos conquistar por
la alegría de esta noche y entremos en el acontecimiento de la Pascua nosotros,
junto con Jesús. Ese “sepulcro vacío” es un símbolo elocuente de la victoria de
Cristo sobre la muerte. No seguimos a un muerto, por importante que hubiera
sido en vida. Seguimos a uno que está vivo. El aviso del ángel es una consigna
para todas las generaciones cristianas: “Ha resucitado de entre los muertos y
va por delante de ustedes”.
La alegría y la esperanza de esta noche deben recordarnos
también el sentido que tienen los sacramentos pascuales.
El Bautismo es el sacramento que nos introduce,
por el baño en agua y la acción del Espíritu, en el misterio de ese Cristo que
atraviesa la muerte y pasa a la vida. Por eso renovamos esta noche las promesas
bautismales y pedimos a Dios que nos renueve la gracia que nos concedió el día
de nuestro Bautismo: “Aviva en nosotros el espíritu filial”.
También tiene particular sentido esta noche la
Eucaristía, recibida preferentemente bajo las dos especies de Pan y Vino, el
don de sí mismo que nos hace el Señor Viviente para que tengamos su fuerza en
nuestro camino.
A la vez, esta noche pascual nos introduce en
siete semanas de fiesta, la cincuentena, hasta el día de Pentecostés, y así nos
estimula a una vida nueva, una vida pascual, una vida conforme al Señor
resucitado.
Para pensarlo:
¿Qué acciones de solidaridad, perdón y
consuelo empleamos para mostrar que Jesús sigue vivo en medio de la humanidad?
(San Pablo.com)
El Señor me escuchó y tuvo compasión de mí. El Señor se ha hecho mi auxilio (Sal 29,11) ✍
Hechos que son Noticias
Mons.
Francisco Ozoria comparte reflexiones en torno a al momento de crisis que vive nuestro país y en
el mundo a causa del Coronavirus
No hay comentarios.:
Publicar un comentario