(San
Carlos Luanga y compañeros mártires)
Color:
ROJO
3
de junio de 2020
Primera lectura
Lectura de la segunda carta del san Pablo a Timoteo
(1,1-3.6-12):
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios,
llamado a anunciar la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo
querido; te deseo la gracia, misericordia y paz de Dios Padre y de Cristo
Jesús, Señor nuestro. Doy gracias a Dios, a quien sirvo con pura conciencia,
como mis antepasados, porque tengo siempre tu nombre en mis labios cuando rezo,
de noche y de día. Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios, que
recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu
cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de
dar testimonio de nuestro Señor y de mí, su prisionero. Toma parte en los duros
trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios. Él nos salvó y nos llamó a una
vida santa, no por nuestros méritos, sino porque, desde tiempo inmemorial, Dios
dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo; y ahora, esa gracia se ha
manifestado al aparecer nuestro Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y
sacó a la luz la vida inmortal, por medio del Evangelio. De este Evangelio me
han nombrado heraldo, apóstol y maestro, y ésta es la razón de mi penosa
situación presente; pero no me siento derrotado, pues sé de quién me he fiado y
estoy firmemente persuadido de que tiene poder para asegurar hasta el último
día el encargo que me dio.
Palabra de Dios
Sal 122
R/. A ti, Señor, levanto mis ojos
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores. R/.
Como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos
(12,18-27):
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos,
de los que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés
nos dejó escrito: "Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero no
hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano." Pues bien,
había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó
con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los
siete dejó hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección y
vuelvan a la vida, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado
casados con ella.»
Jesús les respondió: «Estáis equivocados, porque no
entendéis la Escritura ni el poder de Dios. Cuando resuciten, ni los hombres ni
las mujeres se casarán; serán como ángeles del cielo. Y a propósito que los muertos
resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza,
lo que le dijo Dios: "Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios
de Jacob"? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados.»
Palabra de Dios
“Tú que habitas al amparo del Altísimo, que
vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío, Dios
mío, confío en ti” (Sal 90)✍️
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Trinidad. Ciclo A
Domingo 7 de junio de 2020
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