martes, 23 de junio de 2020

La Palabra de de Dios hoy



Color: BLANCO

24 de junio de 2020

PRIMERA LECTURA
Jer 1, 4-10.

Antes de formarte en el vientre, te escogí.

Lectura del libro de Jeremías.

En tiempo de Josías, recibí esta palabra del Señor: -«Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te nombré profeta de los gentiles.» Yo repuse: -«¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho.» El Señor me contestó: -«No digas: “Soy un muchacho”, que a donde yo te envíe, irás, y lo que yo te mande, lo dirás. No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte.» Oráculo del Señor. El Señor extendió la mano y me tocó la boca; y me dijo: -«Mira: yo pongo mis palabras en tu boca, hoy te establezco sobre pueblos y reyes, para arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para edificar y plantar.»

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Sal 70.

En el seno materno tú me sostenías.

A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame.

Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú. Dios mío, líbrame de la mano perversa.

Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías.

Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas.

SEGUNDA LECTURA
Pe 1, 8-12.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro.

Queridos hermanos: No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis; no lo veis, y creéis en él; y os alegráis con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación. La salvación fue el tema que investigaron y escrutaron los profetas, los que predecían la gracia destinada a vosotros. El Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, les declaraba por anticipado los sufrimientos de Cristo y la gloria que seguiría; ellos indagaron para cuándo y para qué circunstancia lo indicaba el Espíritu. Se les reveló que aquello de que trataban no era para su tiempo, sino para el vuestro. Y ahora se os anuncia por medio de predicadores que os han traído el Evangelio con la fuerza del Espíritu enviado del cielo. Son cosas que los ángeles ansían penetrar.

Palabra de Dios.


EVANGELIO

Del Evangelio según san Lucas 1, 57-66.80

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: “¡No! Se va a llamar Juan”. Le replicaron: “Ninguno de tus parientes se llama así”. Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: “Juan es su nombre”. Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: “¿Qué va a ser este niño?”. Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.

Palabra del Señor.

REFLEXIONANDO LA PALABARA
(El Perfil de un profeta)

La fiesta de hoy, con sus lecturas, nos ayuda a reflexionar en varias direcciones sobre nuestra identidad como cristianos y como testigos del evangelio en el mundo de hoy.
a) Es Dios quien elige a sus profetas. Dios los llama ya desde el seno materno: como al Siervo que habla Isaías, como a Jesús, como a Juan. También a nosotros nos ha elegido Dios. Desde nuestro Bautismo y Confirmación, somos personas que tienen en este mundo no solo la misión de ser fieles a Dios, sino de darlo a conocer y de preparar el camino a Jesús. La salvación no la conseguimos nosotros, sino que nos la da Dios.
b) La misión del profeta es hermosísima, como la de Juan: preparar el camino a Jesús, ser su precursor y pregonero.
c) El profeta no sustituye a Dios. Juan no era la luz, sino testigo de la luz. No era la Palabra, sino el pregonero de la Palabra, a veces en la soledad del desierto. No era el Mesías, sino su “telonero” (Persona que se encarga de subir y bajar el telón en un escenario) y preparador. Es el mayor de entre los nacidos de mujer, pero solo es Precursor: el Salvador es otro. “Irás delante del Señor a preparar sus caminos”.
d) Juan fue recio en su testimonio. Asceta en el desierto, humilde ante la aparición del Mesías, decidido y fuerte en el anuncio y en la denuncia cuando su palabra resultaba incómoda, mártir de la verdad que proclamaba.
e) El nacimiento de Juan fue motivo de alegría para todos. Varias veces las lecturas ponen de relieve esta alegría mesiánica, y lo repiten las oraciones de la misa y de la Liturgia de las Horas.
Para reflexionar
● ¿En qué circunstancias es necesario que seamos “precursor” del Señor para nuestro prójimo? ¿Somos capaces de acoger los planes de Dios con convicción?
Oración final
Enséñanos, Señor Jesús, ser como el trigo que cae en tierra y muere para que una nueva vida resurjaAmén.

(san pablo.com)

El Evangelio en AUDIO

 Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor y no olvides sus beneficios” (Sal 102)




XIII Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo A

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