Color: BLANCO
24 de junio de 2020
PRIMERA LECTURA
Jer 1, 4-10.
Antes de formarte en el vientre,
te escogí.
Lectura del libro de Jeremías.
En tiempo de Josías, recibí esta
palabra del Señor: -«Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que
salieras del seno materno, te consagré: te nombré profeta de los gentiles.» Yo
repuse: -«¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho.» El Señor
me contestó: -«No digas: “Soy un muchacho”, que a donde yo te envíe, irás, y lo
que yo te mande, lo dirás. No les tengas miedo, que yo estoy contigo para
librarte.» Oráculo del Señor. El Señor extendió la mano y me tocó la boca; y me
dijo: -«Mira: yo pongo mis palabras en tu boca, hoy te establezco sobre pueblos
y reyes, para arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para edificar y
plantar.»
Palabra
de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Sal 70.
En el seno materno tú me
sostenías.
A ti, Señor, me acojo: no quede
yo derrotado para siempre; tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina
a mí tu oído, y sálvame.
Sé tú mi roca de refugio, el
alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú. Dios mío, líbrame
de la mano perversa.
Porque tú, Dios mío, fuiste mi
esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me
apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías.
Mi boca contará tu auxilio, y
todo el día tu salvación. Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta
hoy relato tus maravillas.
SEGUNDA LECTURA
Pe 1, 8-12.
Lectura de la primera carta del
apóstol san Pedro.
Queridos hermanos: No habéis
visto a Jesucristo, y lo amáis; no lo veis, y creéis en él; y os alegráis con
un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra
propia salvación. La salvación fue el tema que investigaron y escrutaron los
profetas, los que predecían la gracia destinada a vosotros. El Espíritu de
Cristo, que estaba en ellos, les declaraba por anticipado los sufrimientos de
Cristo y la gloria que seguiría; ellos indagaron para cuándo y para qué
circunstancia lo indicaba el Espíritu. Se les reveló que aquello de que
trataban no era para su tiempo, sino para el vuestro. Y ahora se os anuncia por
medio de predicadores que os han traído el Evangelio con la fuerza del Espíritu
enviado del cielo. Son cosas que los ángeles ansían penetrar.
Palabra
de Dios.
EVANGELIO
Del Evangelio según san Lucas 1, 57-66.80
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz
un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho una
gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al
niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo:
“¡No! Se va a llamar Juan”. Le replicaron: “Ninguno de tus parientes se llama
así”. Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él
pidió una tablilla y escribió: “Juan es su nombre”. Todos se quedaron
extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar
bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por
toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: “¿Qué
va a ser este niño?”. Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba
creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se
presentó a Israel.
Palabra
del Señor.
REFLEXIONANDO LA
PALABARA
(El Perfil de un
profeta)
La fiesta de hoy, con sus lecturas, nos ayuda a
reflexionar en varias direcciones sobre nuestra identidad como cristianos y
como testigos del evangelio en el mundo de hoy.
a) Es Dios quien elige a sus profetas. Dios los llama ya
desde el seno materno: como al Siervo que habla Isaías, como a Jesús, como a
Juan. También a nosotros nos ha elegido Dios. Desde nuestro Bautismo y
Confirmación, somos personas que tienen en este mundo no solo la misión de ser
fieles a Dios, sino de darlo a conocer y de preparar el camino a Jesús. La
salvación no la conseguimos nosotros, sino que nos la da Dios.
b) La misión del profeta es hermosísima, como la de Juan:
preparar el camino a Jesús, ser su precursor y pregonero.
c) El profeta no sustituye a Dios. Juan no era la luz,
sino testigo de la luz. No era la Palabra, sino el pregonero de la Palabra, a
veces en la soledad del desierto. No era el Mesías, sino su “telonero” (Persona que se encarga
de subir y bajar el telón en un escenario) y preparador. Es el mayor de entre
los nacidos de mujer, pero solo es Precursor: el Salvador es otro. “Irás
delante del Señor a preparar sus caminos”.
d) Juan fue recio en su testimonio. Asceta en el
desierto, humilde ante la aparición del Mesías, decidido y fuerte en el anuncio
y en la denuncia cuando su palabra resultaba incómoda, mártir de la verdad que
proclamaba.
e) El nacimiento de Juan fue motivo de alegría para
todos. Varias veces las lecturas ponen de relieve esta alegría mesiánica, y lo
repiten las oraciones de la misa y de la Liturgia de las Horas.
Para reflexionar
● ¿En qué circunstancias es necesario que seamos
“precursor” del Señor para nuestro prójimo? ¿Somos capaces de acoger los planes
de Dios con convicción?
Oración final
Enséñanos, Señor
Jesús, ser como el trigo que cae en tierra y muere para que una nueva vida
resurja. Amén.
(san pablo.com)
El Evangelio en AUDIO
“Bendice, alma
mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor y
no olvides sus beneficios” (Sal 102)✍️
XIII Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo A
No hay comentarios.:
Publicar un comentario