Con tres brochazos la iglesia nos dice hoy cual debe ser la actitud
cristiana: alegría y esperanza juntas. La
alegría hace fuerte a la esperanza, y la esperanza florece en la alegría. Estas
dos virtudes cristianas implican un salir de nosotros mismos: la persona alegre
no se cierra en sí misma. Él Señor nos dice que habrá problemas, y en la vida
está alegría y esperanza no son un carnaval, son lo que nos permite afrontar
las dificultades y sufrimientos en estos momentos de pandemia.
¿Tienes esperanza y alegría en tu corazón?
¿Animas a otros a tener esperanza?
(BJV) comentario a Jn 16, 16-20
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